Susurraba disimulada con intervalos de euforia y distimia, no percibía que a lo lejos la contemplaba en el desconcierto por ignorar lo que le pasaba.
De pronto coincidieron nuestras miradas y vacilé entre la duda y la determinación por estrechar la distancia- consideré huir-, pero hubiese sido desmeritorio después de haberte contemplado con deseos de rescatarte del torbellino que te turbaba.
Y al estar tan próximos (tanto que respiré el humo denso de tus nostalgias), de nada servían las palabras. Finalmente nos fundimos en un abrazo que evaporó las tristezas de nuestras almas.
- Autor: Neptuno (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 2 de octubre de 2014 a las 02:20
- Categoría: Triste
- Lecturas: 25
- Usuarios favoritos de este poema: El Hombre de la Rosa
Comentarios1
Algo tristona tu linda prosa amigo Neptuno...
Un placer leer tus bellas estrofas...
Saludos de Críspulo...
El Hombre de la Rosa...
Gracias amigo, muchas gracias.
Saludos infinitos.
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