La luz se fue desfragmentando en delgadas lineas
que se desplazaban una tras otra
cruzando el laberinto.
Dedos invisibles las rasgaban
tal cuerdas de arpa.
La magia emergio de la nada,
al principio suave, despacio,
tornandose, luego, en ondas voluptuosas,
rompiendose entre los crateres,
derramando espuma por la boca,
girando en su propia tormenta,
reuniendo cada atomo, diminutas estrellas,
chispas, agua, arena.
Nace un sol descolgado,
nace un rio purpura,
dos pies, dos manos,
muslos, torso, brazos,
un rostro, labios y ojos cerrados.
Nace un palpitar agitado,
un estremecimiento repentino,
una explosion sin sonido.
Luego, sentimientos convulsos,
llanto desesperado,
confusion, voracidad, cansancio:
el convencionalismo de lo absurdo.
- Autor: [email protected] ( Offline)
- Publicado: 10 de febrero de 2010 a las 16:20
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 64
- Usuarios favoritos de este poema: david valencia tobon
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