Blanca: como la hoja
que se convertirá en amarilla
por el transcurrir del tiempo
tú color siempre será así
aún cuando la arena sea removida
por los fuertes vientos
que no concuerdan en desdibujarte de mi alma...
Creí conocerte, creí extrañarte
¿Sigues aquí?
El diluvio de mis lamentaciones
sucumbe al estar observando la negra culpa
reflejante el sueño de todo inmortal
negrura plateada invisible
que trasporta al más irremediable de los letargos
diáfanos e insuperables...
La sonrisa: mueca de que alguna vez exististe
se asoma en un descuido de tus labios
y me invade un arsenal de cosquillas
fantasías, añoranzas
auxilio solicito
ayuda me niegas
solo un segundo de tú aire
para purificarme el resto de mi vida...
Intenciones malignas rondan mi espíritu
y tú jamás estás allí para hacerlas realidad
solamente esperas
sugieres, sueñas, deseas
pero lo irrevocable del comentario trascendental no llega...
Sigo esperando
esa espera larga y prolongada
en donde te veo rodeada de árboles
sonriente como siempre
dificultando mi andar
enorgulleciendo el camino
sembrando la locura
que alguna vez respirábamos
e intoxicaba nuestro ser
estimulando minuciosamente
cada arteria del incidente nunca reclamado...
Caminando en la ladera obscura
a través de los puntos blancos
contaminados por la niebla roja
el azul de los cielos
y el plateado de la falta de ti
colorean el paisaje
como el más triste absurdo...
- Autor: Hermann Garcia ( Offline)
- Publicado: 6 de octubre de 2014 a las 18:00
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 62
Comentarios1
En ocasiones la mayoría de las tristezas son absurdas...si así lo pensamos pero si lo sentimos no se ven tan absurdas!
Saludos áռցΣረ ծΣ էշisէΣչለ
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