Soneto meridiano endecasílabo
Oro gradual que se desprende y llena
El cóncavo cristal de su universo.
Jorge Luís Borges
Está bien que Borges, sombra midió
donde se bañó con agua de río
Ese tiempo el anticuario escombró
de lluvia el curso, brumoso cambió
arena a su albedrío convirtió
deja el símbolo-vida que alfombró
Sombra y agua que le producen frío
Esas arenitas que marcan tiempo
No ese tiempo de los muertos sombrío
nubes perezosas cubren el lempo
su lento caer hacen desvarío
circense y colorido pasatiempo
las cuatro estaciones tiene zurcida
que le imputa toda obra acontecida
Dr. Rafael Mérida Cruz-Lascano
Guatemala, C. A.
- Autor: Rafael Mérida Cruz-Lascano (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 9 de octubre de 2014 a las 09:41
- Categoría: Fábula
- Lecturas: 47
- Usuarios favoritos de este poema: El Hombre de la Rosa
Comentarios1
El reloj es el compas eterno que acompaña al latir del corazón del hombre, para angudtiarse del poco tiempo que le queda de vivir la naturaleza que le rodea, sea la humana o sea la divina amigo Rafael...
Un placer pasar por tu portal...
Saludos de amistad...
El Hombre de la Rosa
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