(A Pascualita Vásquez, Indígena lenca de Intibucá)
Ayer subí a la montaña de mi tierra
y miré la belleza infinita:
sus pies descalzos
sobre el frío de la hierba,
el canto de los árboles
adorando los dioses,
la música del viento
con voz de pájaros.
Subí a la montaña
y sentí suave su piel
con maquillaje de lodo
y el roció disperso en la madrugada,
la envoltura de una mujer de alma blanca
entre telas multicolores
veneraba el día junto a espíritus de muertos,
con la luz del sol cayendo irreverente
sobre el mar,
sobre los peces,
sobre la playa…
sobre la vida
cargada de tantas cosas.
En la montaña despacio poco a poco
la noche fue dormida por las estrellas
cuando entre el humo del silencio
la voz de Pascualita dice
la montaña es tu madre hijo
ámala.
© Emig Paz
- Autor: Emig Paz (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 9 de octubre de 2014 a las 11:55
- Categoría: Sin clasificar
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