EL BESO DE LA MUERTE (ODILE)

La mañana amanece silenciosa,

claridad evidente sin el sol,

techo de nubes, no lo deja pasar,

los vecinos nos miramos sin hablar.

La noche en que todos no dormimos,

antes nunca, me pareció tan larga,

la media noche, llega anticipada,

frenética se queda por más tiempo.

Con tres horas antes, tres horas después,

en la oscuridad, rugieron los vientos,

orquesta en sonidos espeluznantes,

en sus movimientos vertiginosos.

Todo grita y estrella con fuerza entre sí,

lo que tiene vida y lo inanimado,

invaden espacios como enemigos,

cables de acero latiguean árboles.

Bardas derribadas, aplastan plantas,

los frágiles techos con sus paredes,

como papeles, vuelan por los aires,

más de doscientos kilómetros por hora.

Eolo, dios de los vientos, nos visita,

como un cuchillo visible, el viento,

cercena aquello que encuentra a su paso,

los postes de la luz, como palillos.

Caen, dejando a oscuras a la ciudad,

los besos perfumados de la brisa,

se convierten en besos de la muerte,

los árboles arrancados de cuajo.

O vueltos como palos desgarrados,

subo al techo, la ciudad está inmóvil,

sin techos, paredes, árboles, palmas,

miro en los cuatro puntos cardinales.

Desmembrados penachos de las palmas,

otras especies desaparecieron,

todos sienten mortífera cercena,

no se ven mariposas, ni pájaros.

Ya no hay flores, sin comer los colibrí,

cuando cortaba el tallo de un plátano,

llegó frente de mi cara, uno de ellos,

allí había un racimo de flores.

Cada mañana venía a dar besos,

hoy no pudo encontrar a su amada flor,

tampoco el zumbido de las abejas,

solo escuchando silencio alrededor.

¿Y qué de mis hermanos, los humanos?

En cada uno, la historia en su corazón.

Una anciana, cerillito de un super.

-Voló mi casa, me quedé sin nada-

Uno de mis vecinos, me platica,

-Desaparecieron techo y paredes,

los enseres volaron con el ladrón,

sólo quedó el lote plano y vacio-.

EL POETA DEL AMOR. 15 y 16 de 09-2014.

CABO SAN LUCAS, BCS. MÉXICO.