Entre lunas rojas y dieciochos.

Entre lunas rojas y dieciochos

Por las calles donde mora la escoria me vi taciturno…

¿Cómo está Don Carnal?

-Bien…-

-¿No tiene sed?-

-Mucha.-

Llevaba yo entre mis curiosidades varias latas, obvio, de cerveza llenas.

-Tome, para que se le quite la sed mi amigo.-

El señor se tomó la cerveza desmesuradamente, ya que, de verdad tenía sed y por otro lado, no tan ilógico, es alcohólico. Empero, ¿quién son yo para juzgarle? Además, de buena gana le invité los tragos. Don Carnal en realidad se llama Pedro, aunque toda la colonia lo conozca como “EL CARNAL.” Todo un personaje, es chaparro, panzón, moreno, de cabello hasta cierto punto cano, con el maxilar prominente, de nariz chata y más característico, de un ojo completamente blanco. Al señor lo conozco de años, es solo que, hasta llegar a la adultez, inquirí muchas cosas.

Ahí estaba con él, un señor “cincuentón” que, de las calles no tenía nada que aprender. Bien le dije que ya tenía tiempo sin visitar la “Tlaxcala” pues los “chavos” de la zona, tienen pleito a muerte con los de la “Tabasco.” Como siempre, razones estúpidas.

-Vamos amigo, sígueme hasta la Tlaxcala.-

-¿Qué pasó Don Carnal? De antemano sabe que no puedo pisar allá.-

-No te apures, mientras vayas conmigo, nadie te va hacer daño.-

-Vale, ¡conste!-

Mientras tomo agua de mar, sin pensar, le seguí. ¡¿Qué puedo mencionar sobre dicha calle?! Una de las más peligrosas de León Guanajuato. Dicha calle, está en alianza con otra muy famosa, “La Rivera.” Un contubernio peligroso en nuestra sociedad, considero yo. No obstante, en la calle fui criado. En fin, la Tlaxcala es un buen lugar de mala muerte, encuentras de todo, sí, has leído bien, en tan solo cinco cuadras, encuentras de todo (sí eres taimado, sabrás que los tenis cuelgan y las esquinas no están solas) Por esa misma razón, evitaba esa calle. No miento, a pesar de estar cerca a mi calle, tenía dos años sin pisar ahí. El chiste es que, fui con Don Carnal, como ya mencioné, tome y tome agua de mar, platicando anécdotas y riendo como locos.

No es petulancia, pero yo no andaba en “fachas” como él. Andaba muy bien bañado, con un traje “Conti” y fragancia que doblega incluso a la mujer más desinteresada, “franela negra.” Y como soy bien parecido, perspicuo y literalmente conspicuo, pues, llegaban a mí, cual osos a la miel. Empero, mi corazón ya está ocupado.

-Mira Claudia, te presento a mi patrón, el Licenciado Eduardo León.-

La chica con premura se aproxima.

-¡Hola me llamo Claudia, mucho gusto!-

Me acerqué disimuladamente, eso creo, a susurrarle a Don Carnal.

-Amigo, ¿qué pasó?-

-¿Cómo qué que pasó? Quiero que quedes con esta muchacha, para que vengas más seguido.-

-Amigo, en primera tengo novia, en segunda no soy su patrón, soy su amigo.-

-¡Cierto! Bueno amigo, ¿te rajas o qué?-

-No es que me raje, puesto que ya le expliqué, por educación saludaré, pero sinceramente, no quiero ilusionarla.-

-¡Ah! Diego… Pero sí tu novia vive hasta la chi…huahua.-

-Cierto es amigo, pero ya sabe como soy, mejor tome más agua de mar a nuestra salud.-

Brindamos por la vida, y yo, como buen masón, dediqué una libación.

¿Por qué estaba tomando? ¿Acaso algo celebraba? ¡Oh! Pero que idiota, ¡claro! Desde temprano había recogido unos análisis, (tiempos, ego, y ¿por qué no? La del VIH, NO REACTIVO por cierto. ¡Jajá!) digo, al haber pertenecido al “deporte extremo” obviamente quería escudriñar mi estado. Fui con un médico a que me interpretara dichos números. Siempre acostumbro saludar, como lo hace un masón de mi jerarquía, de verdad, sinceramente es costumbre. Pero en mi sorpresa, aquél médico, ¡me respondió el saludo! Alegría para mi alma saber que, tenía un hermano frente a mí, por lo tanto, no me cobró nada. Se supone que, los resultados eran para mi doctor de cabecera, pero ya quería saber y Dios, puso en mi camino un hermano. La fuerza llama fuerza, ¡VIS ET HONOR!

Estoy demasiado ebrio, disculpen, ¿en qué estaba? Sí sí, recuerdo…

Le susurraba al carnal, claro que ese susurro fue rápido.

-¡Que tal Claudia! Eduardo León, ¡mucho gusto!-

Terminé de presentarme y seguí con el agua de mar.

-¿Qué te pareció amigo?-

Dijo Don Carnal.

-Pues, como le digo, creo que es algo vulgar, recuerde que yo sé lo que piensa la gente, y por decirlo así soy experto en “ginecología” jajá. La verdad que no me interesa dicha mujer, enserio, por difícil que parezca, he aprendido a ser fiel y leal.-

No comprendió mucho Don Carnal, pero creo que, debido a estar tomando agua de mar, tiene más escrutinio y terminó por entender.

-¡¿No que te gustaban flacas, morenas de cabello negro?!-

-Sí amigo, lo admito, ¿pero sabe? La capucha no hace más misterioso al monje cuando habla. En pocas palabras, tengo novia.-

-Pues que tonto eres, a tu edad hubiese aprovechado mucho.-

-Don Carnal, no me subestime, he conocido tanto, que por lo mismo, como dicen vulgarmente, no voy a dejar carne por pellejos.-

-¿Apoco muy conocedor?-

-A ojo de buen cubero le digo, no hay mejor amor que, aquel que ha sido creado para uno.-

Sí sí sí, todo esto ha pasado hoy, escucho a “BECK, PEARL JAM, AUDIOSLAVE Y NIRVANA.”

Como dijo el enanito “tun-tun” “¡¿qué?! ¡¿No les gustó?! ¡Chinguen a su madre todos! ¡A ver! ¡¿Quién es el primero?! “ ¡Jajá! Ese cabróncito…

Entonces la ahorqué mientras ella tenía múltiples orgasmos, ¿Qué dijeron? Éste cabrón ya se salió de la plática, ¡jajá! ¡Chinguen a su madre todos! No puedo contener la risa. Ojalá pudieran ver como estoy. En fin…

-Vamos entonces a recorrer la calle hasta llegar a mi casa amigo.-

-Vamos.-

Dije.

En todas las paredes del barrio, estaban los “grafos” que indican “pertenencia.” Es decir, son territorios sin murallas e invisibles para un transeúnte común. Pero en el barrio, uno sabe donde está seguro y hasta donde termina el territorio. Digamos que, es la estúpida creencia de los parias, “su territorio” comprende calles donde viven familiares, amigos, donde crecieron, e incluso, calles donde hubo “campales” para ampliar el terreno. Bien lo he mencionado, estoy parado en el barrio más peligroso de león Guanajuato. Pero, nada que ver con Tepito, pito, hasta que choque mijo. Sí no olvido como habla la “raza.” Como es arriba es abajo, por lo tanto, sé, como hablan los de “arriba” y los de “abajo.”

Son los famosos “rivereños 18” ¡vaya significado para mí! Aunque, ese número entre la raza, es respetado, bien sabes por qué. ¿No sabes? Investiga, no en la red, sino en un barrio para que veas en donde estoy.

Ya sabes, “tumbados” Siempre de lentes negros, rapados, sin playera, tatuados y con liquies. Siempre de ojos rojos, atentos, por sí algún intruso llega. Pues yo soy un intruso. Nunca hice ronda con los rivereños, desde joven, cuando me invitaban a integrarme a su banda, siempre les decía: YO SOY MI PROPIA BANDA. Por lo tanto, si me reconocen, pero ni me atacan ni me ayudan. Mejor para mí, sinceramente.

-Don Carnal, este… no me siento muy agusto por aquí.-

-No te apures, te presento con la raza.-

-¡No gracias!-

-No es opcional.-

Carajo.

-Ok.-

Don Carnal me presentaba a todos los del barrio, por cierto, ya me habían ubicado, pero me recibían con alegría, claro, solo por ir con un miembro del barrio, y mejor aún, un veterano. Todo aquél que va a otro barrio, conoce las “reglas.” No caminar por la banqueta, cabizbajo, con playera, sin lentes, sin escupir. Sí vas por su banqueta, donde están ellos, lo toman como reto. Sí escupes al pasar por ahí, es reto. Sí vas sin playera, peor aún, es “tumbar barrio.” Gracias a Dios, sé de ese mundo sin ser del mundo.

-Te voy a presentar a otra muchacha.-

Dijo Don Carnal.

En total me presentó como a cinco muchachas, pero mi respuesta siempre era la misma. No obstante, las parias se impresionan al ver una persona excelentemente vestida en un barrio. Es como sí, pensaran que, uno tiene más poder que ellos. Ya sea que tenga pistola, o que sea narco, de presidencia. Respetan eso. Por lo tanto, no rompía sus reglas y caminaba con garbo como si estuviese en mi propia casa.

Aquello causó admiración, y ellos mismos se acercaban a platicar conmigo, intentar “encajar” para ser mis amigos e incluso, fueron a comprar más agua de mar para que no me fuera.

Tanto que he tratado de ser humilde, y solo alimentaban mi ego.

Al hablar con educación, soltando una que otra palabra que ubican y un “chascarrillo” bien estipulado comprendiendo el contexto del momento, hace que las parias se maravillen. Lo sé, es cruel que me refiera así a dichas personas, precisamente por eso, por ser personas, aunque, la realidad, por más personas que sean, tienden a lo negativo. Para mí, eso es una paria.

Finalmente, llegamos a la casa de Don Carnal, “tibiri-tabara” ¿Comprendes mendez? Una vecindad.

No me “escamo”, he pasado por mucho. Y realmente, cuando digo mucho, literal mi estimada lectora o estimado lector (así es, las damas primero, ellas gobiernan el mundo) de verdad con toda la intención y experiencia, sé lo que pienso, siento y digo. Sí, estoy ebrio ¿y qué?

Dos de las muchachas no dejaban de seguirnos, platicando banalidades, ¡por Dios! ¡aléjalas de mí! Estoy harto. La raza, es muy celosa de las mujeres del barrio, y al ver que todas me seguían, como ya dije, se alegraban, intentando forjar una alianza, pero al ver que las ignoraba, pensaban, o tiene mucho respeto o es homosexual. ¡Jajá! La verdad, lo que digan no me importa, me importa más saber cuando veré de nuevo a mi novia. Y también, honestamente, seguir bebiendo. No me excuso, ni quiero quedar bien con ella, de corazón que, la extraño mucho. ¿Les digo lo que el enanito tun-tun? Ya saben.

Ahora suena en el mp4, la canción de “the man who sold the world.” Cuanta verdad, me llega, en algún momento de mi vida, vendí literalmente mi mundo. ¡Qué triste! Pero lo bueno es conocer enderezarse por voluntad. ¡Hey! Pero NIRVANA no se compara con el hombre más triste del mundo. Sépase que es mi admiración e ídolo musical, el magnánimo SYD BARRETT.

Así es, ahora lo escucho.

Bueno, voy por mas alcohol, pondré el tiempo que tarde en paréntesis, claro que para ustedes será instantáneo y que bueno. Tardé (28 minutos) pero sigamos.

¡Bendita vecindad escuchando la “maldita vecindad”! Toda la odisea ha parecido una película de “Cantinflas.” Dos personas distintas en un barrio, ¡y que barrio!

-Llegamos.-

Dijo Don Carnal.

-Bien amigo.-

-Te voy a presentar a mi mujer.-

-Ok.-

Enseguida, fuimos a donde ella. Una mujer demasiado grande para mi amigo. En cuestión de edad. Digo, sí el tiene como cincuenta, ella, al menos parece de unos ochenta años. Quedé estupefacto. La señora se llama Juana. Bueno, Doña Juana. De cierta manera, la repudio un poco debido a que mi amigo me ha contado el trato de ella hacia él, no obstante, criterio arriba, conocer las dos versiones y sacar mis propias conclusiones.

Realmente, los diálogos con ella los prefiero saltar, puesto que solo fueron formalidades, lo interesante de esto es que, conocí gente maravillosa en aquél recinto.

Fue la Señora Ángeles y un señor que le decían “Dalai lama.” Pinches ocurrencias, pero así es en México, la ocurrencia termina por ser ley.

El acercamiento fue interesante, puesto que ambos, sabían algo de Inglés. Entre ellos hablaban ese despectivo idioma, cuando, irrumpí, hablando esos gañidos de bruto. Todo por el tema de los “chicanos” y también como sé de aquello, se interesaron, a tal punto, que los hice hablar castellano y “chilango…” Terminé dándoles terapia psicológica gratuita. Así debería de ser.

“SHE TOOK A LONG COLD LOOK AT ME” You fell me! And yes, you know, i never lied to you, you fell me, away, i want to go home. Yes im thinking all this, yes i am… Estoy llorando… There will be any body very hard? And all and more will be for you, and all i know, i tried to you, but everythig to you was never easy. Its been just like you gone… To be with you, can only think, why i am here… What´s mean to be..? When i was alone, you promised the stone frome your heart… please… Im only a person… won’t you miss me? My head kiss the ground, please, im only a person… won’t you miss me at all? En fin. ¿De que sirve Syd? Congratúlate por la encarnación de quién te ama ahora. Bien sabes distinguir el diamante del cuarzo. Cuarzo, que abundante eres, DIAMANTE, que escaso eres, por lo tanto, yo no te perderé. ¡Cuánto daño me hiso el azabache! La esmeralda y el rubí. Ahora pongo TODA mi fe en el diamante. La piedra más preciosa de todas.

Mitológico catolicismo, muy guadalupanos y muy sanguinarios. El precio de otra persona ajena al barrio es de una cerveza. ¡Por Dios! Después de permutar mierda por conocimiento en aquellas personas, mi alma se regocijó. Ahora, siendo cosmopolita, tengo otro hogar. Eso es bueno.

Don Carnal durmió, y yo me quedé en la vecindad platicando. Pero después de unas horas, regresé a casa, sin temor alguno. Ahora me pregunto, ¿Dónde conseguiré más alcohol cuando el diamante fulmine en el cielo y la locura se apodere de mi alter ego, manifestando la crueldad por excelencia de todo inicuo humano en una sociedad que carece de valores verosímiles, con tanta juventud, esperando que el sol brille por encima de la luna, en agujeros negros, en todo el universo, sin saber con certeza a donde iré cuando realmente trascienda, por temor a las pláticas de mis hermanos que han sobresaltado cualquier tribulación? Simplemente, brilla donde sea, aunque le llores a la luna.

Mataré todo romanticismo del título; son lunas rojas, por que la luna de hoy es roja y como estoy muy ebrio, veo varias. Los dieciochos, son todos los grafitis que están en el barrio de los rivereños, pero, SIN EMBARGO TE AMO.

BL.

(Todos los derechos reservados por el autor. Cualquier plagio será perseguido por las autoridades concernientes a dicha juridicción. )

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