- DEL MADERO AL NIDO -1- HOJAS CADMIAS -2- MALDITO EL CELO DE LAS GATAS RABIOSAS- 3- AQUÍ DEJAMOS LA SOLEDAD

RICARDO MARCELO ALVAREZ ALVAREZ LLANOS

DEL MADERO AL NIDO

Con un madero amplio, algarrobo, cedro o pino,
construiré el tálamo de nuestros sueños compartidos.
Cubriéndonos con los brazos desnudos y las almas tibias,
bajo el manto luminoso de tus ojos de destino.

En la noche, enlazando las palmas sumidas, 
mis dedos de carpintero, los tuyos tan acogedores

 que no hay salida de tus brazos. 
Al techo mirando la estrella asida en muestras manos
como una sola hoja de papel comprimida.

Del madero con vocación de hachero en digital enredadas,

cortamos la soledad en tajadas con caricias en incremento,
el frío se ausenta - casi exiguo- bajo tu mentón de alero.

Del hueco de tu alma emerge un punto cálido
cuando en mi pecho reposa tu boca en suspiro,
el silencio es red cautiva del amor invasivo,
el motivo de la acción es el instante válido.

En la piel del reposo descansa el vapor de nuestro halo
de cuerpos juntos, de tu puño abierto afable hada
vuela una golondrina emancipada sobre el lecho,
abejas rondan opíparas colmenas libando pistilos

y la mañana asoma con la lana tejida en la velada.

Al estar juntos, los sueños son siameses bruños.
El amplio listón es hostal de cuerpos unidos

cuando la detención del tiempo retrata el instante del madero,

cada veta es línea en plenilunio, brillo de astro a nuestro nido.

 

 

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1-   HOJAS CADMIAS

 

 

Tu voz en el presagio de la tormenta

donde hallo la elipse de tu sombra esbelta,

labios oscuros que encadenan

eslabones cenizos en súbita llama asoman.

Ahogo de pasión al abismo del vértigo,

precipicio  vago, resonar de mareas.

Vuelve la vida al aire del reducto.

Tus manos en mi espalda perpleja.

Argamasa donde inicia el latir la sangre,

crines de vientos resoplan el pulso inquieto,

batir de alas ciegas suben flujo de venas

resuelto anhelo en esta memoria sin tiempo.

Siento el cuerpo crujir en los huesos

y la garganta sopla la dimensión de tus labios,

la congestión en la piel trepa en flama

como hojas cadmias con lenidad de badanas.

 

 

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2- MALDITO EL CELO DE LAS GATAS RABIOSAS

 

 

Execrable sea el alma descarnada

del que atiza la carne al extremo

la inyección de morfina congelada

y las virgenes dentadas del averno.

 

Maldita sea la árida tierra con arrugas,

la infamia del dialecto frágil en el verso

el aleve tenaz que aplica la ley verduga

sobre el terrón del dedo en el incienso.

 

Condenada la púa que enristra al compañero

la soga que asfixia la gola libre de palabra,

los puertos fúnebres sin afán ni amarras

las teclas negras del clavicordio maltratado.

 

La uña que pulsa la nota hasta la aguda llaga

y la vida borracha girando el carrusel ajado,

el celo de rabiosas gatas aromadas con veneno

y el agravio de la vena supurando su hierro.

 

 

 

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3- AQUÉ DEJAMOS LA SOLEDAD

 

Aquí dejamos la soledad amada,

los soles grises  tras nuestras sombras,

salimos del rencor con transparencia de manantial.

ahora tenemos las manos ocupadas

de plenos racimos/

Lejos del urbanismo salvaje

ccn la sal exacta del agua

En la proporción de la tierra,

elevamos la balanza del amor

en la erguida tarde

alimentados de harina matinal.

 

Cada palabra tuya es hoja primaveral,

alas desplegadas

que cantan silabas florecidas.

Tu…,

Pétalo de mi corazón,

jardín de mi follaje en las cejas

deja tus manos entreabiertas

para reconstruir la transparencia.

Recuéstate en la tierra

que cada terrón será

roja remolacha de azúcar.

 

Pondré uvas en tu boca

de ostra perlada

y bienamada…

Mira la altura del cielo y su vestido,

parecen mellizos en nuestra refugio de palomas

que escuchan nuestros pasos de estatura repicando

en las campanas de engarzados luceros.

Poso en tu frente mis besos y

me inclino a tus pies para besar el suelo

de maromas libres,

 rumoreo salomas frente a tu rostro

donde el mar ancla sus puertos..

 

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Comentarios +

Comentarios2

  • El Hombre de la Rosa

    Tres sensacionales poemas que nos regala nuestro poeta y amigo Ricardo.
    Muy grato el paseo por tu portal...
    Saludos de amistad de Críspulo...
    El Hombre de la Rosa

  • mariarl

    que bello poema



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