GRACIAS
No podré, bien mío, ni en un siglo real ni en un milenio poético, agradecerle al omnisciente y omnipresente jardinero celestial el prodigio de haberte colocado a mi vera para que tu perfume, disperso por cada átomo de mi adolorido cuerpo le insuflara fortaleza a mi espíritu agotado de tanta angustia, tanta ansiedad y tanto deambular por caminos polvorientos, rotas mis sandalias de ermitaño.
DIOS
A mi covacha de sueños, llegó el amor, en ti representado niña mía, para cabalgar sublimemente en los caballos alocados que sólo quienes aman, como tú y como yo, pueden divisar, protegidos por Dios.
Hay un altar en lo más hermoso de mi covacha, donde con humildad glorificamos a Dios.
MIO
Ni siquiera tú, amada magnífica y única, tiene acceso al cofre donde conservo mis secretos más íntimos.
Es lo único mío, amada.
Y soy esclavo de lo que en él conservo,
- Autor: rodulfogonzalez (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 14 de octubre de 2014 a las 13:03
- Categoría: Amor
- Lecturas: 19
- Usuarios favoritos de este poema: El Hombre de la Rosa, Violeta
Comentarios2
Mucha fuerza poetica tiene tus versos de hoy amigo Eladio
Un Placer pasar por tu portal
Saludos de amistad de Críspulo
A pesar, amigo, de que todavía mi cuerpo no ha logrado superar la chikunkuya que lo aqueja. Gracias, Un fuerte abrazo desde mi bella Venezuela.
MUY BELLO ESTOS ENLACES DE TU ESCRITO.... TE DOY LA CHUKUNYUYA ESA A MI TAMBIÉN LEVE PERO ME DIO
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