No temas seguirme, dama singular, cuyos labios nunca han humedecido los míos, ni la lumbre de sus brazos han desterrado el frío glacial de mi cuerpo, aunque no veas lucidez en mi invitación, porque te llevaré a lugares naturales y citadinos que jamás imaginaste.
Aunque el camino por el cual te invito a transitar, alocadamente, esté signado de arenas calientes del desierto, sígueme sin temor, porque mis poderes ancestrales obrarán el prodigio de hacerte levitar, para que tus sandalias no se marchiten y tus delicados pies no conozcan el dolor del fuego.
Aunque cuando te diga sígueme nos encontremos al final de un abismo no temas avanzar porque las avecillas amigas tejerán una resistente red para que tu cuerpo inmaculado no se sumerja en el vacio.
- Autor: rodulfogonzalez (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 15 de octubre de 2014 a las 09:59
- Categoría: Amor
- Lecturas: 33
- Usuarios favoritos de este poema: ADOLFO CESAR MARCELLO, El Hombre de la Rosa, Violeta
Comentarios4
Mucha fuerza amorosa desprenden tus bellas letras de amor amigo Eladio
Grata la lectura de tus letras...
Saludos de amistad de Críspulo...
El Hombre de la Rosa
Menos mal, amigo, que el amor lírico no distingue edad real. Gracias. Una abrazo desde mi bella Venezuela
Tu, amigo Rodulfo, lo que tienes es lo que por aquí se dice, mucha labia, imprescindible a la hora de camelar o cortejar a una dama.
Un abrazo
Una dama imaginaria, por supuesto. Un abrazo desde mi bella Venezuela
y en el camino levitar un inmenso amor..... saludos amigo
Gracias, Rosa de tan gratificante sonrisa. Muy interesante tu comerntario. ¿cómo será un amor levitado? Un abrazo desde mi bella Venezuela.
gracias amigo, ya somos dos venezolanos, un abrazo
¿Dónde vives, chama? Yo vivo en Margarita. Un abrazote.
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