La calle va gritando
entre motores y bocinas;
adentro de cada mundo
el conductor también grita
con los pies y las manos.
Aturdido acelera impaciente,
golpea a fondo la bocina,
mastica a rabiar el enojo
de lo que no dijo en casa,
en la calle o la oficina.
Inunda con olas de furia
la triste caja de metal
que lo lleva a algún lado,
escapando de donde vino,
de las mentiras, las burlas
y los juicios adelantados.
Va tan rápido como puede
a donde no quiere ir
y se olvida del camino,
de sentirlo, de respirarlo.
Va muriendo apurado
cargando el corazón de ira
en un mundo podrido
que solo quiere arrollarlo.
Victoria Montes
Sigue el blog en: http://vientosdetinta.blogspot.com.ar
- Autor: Victoria Montes (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 16 de octubre de 2014 a las 12:38
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 40
Comentarios1
Esa es la rutina de la ciudad, te quedo bonito tu poema.
Muchas gracias Poeta, me alegro te haya gustado. Saludos!
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.