Yo conozco las estrellas...,
tan anegadas de brillo.
También conozco las nubes,
teñidas por el sol rubio...
Pero... ¿qué importa, mujer?
si yo aún más que al estío
prefiero a tus claros ojos,
tan febriles y tan cálidos,
clavados como saetas
en los míos que son híbridos...
Yo quisiera percibir
tu perfume tan incógnito;
que ignoro su dulce aroma,
...mas debe ser un delirio.
Quisiera tañer tu piel...;
yo quedaría aturdido,
por cruzar las lisas dunas
y matorrales excéntricos
del desierto de vida en
tu piel, sólo por intrépido.
Quiero quemarme con un
beso ardiente de pasión,
y al mismo ritmo yo estar
ciñendo con mucho júbilo
tu cintura tan liviana.
Tú, mi más preciado premio,
en el río de tu esencia,
quiero quedar sucumbido.
- Autor: Fermín Medina ( Offline)
- Publicado: 16 de octubre de 2014 a las 20:46
- Categoría: Amor
- Lecturas: 84
- Usuarios favoritos de este poema: El Hombre de la Rosa
Comentarios1
Muy hermoso tu poema de amor amigo Fer Medina
Un placer pasar alguna vez por tu portal...
Saludos de amistad...
El Hombre de la Rosa
Muchas gracias por la lectura de mis letras, Hombre de la Rosa. Un buen saludo
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