"LA GENTE ES CAPAZ DE HACER CUALQUIER COSA, AÚN LA MAS ABSURDA PARA EVITAR ENFRENTARSE CON SU PROPIA ALMA"
CARL GUSTAV JUNG
Invasión
Cuando llegaron los "marcianos" el señor Buster se encontraba de reunión con los sindicalistas.
Unos pocos hombres discutían en el salón utilizado para esta cuestión.
Era la dependencia que utilizaba para sus encuentros habituales el directorio de la compañia.
Se disputaba con fervor el "costo" que significaria levantar una huelga y los sindicalista regateaban con vehemencia con los empresarios.
Y los empresarios presionaban y discutían por el precio final de la coima.
Hubo una sorpresa generalizada con la llegada de los pequeños hombrecitos verdes.
Estos se sentarón con naturalidad sobre la amplia mesa y observaron detenidamente a los hombres reunidos, que miraron con sobresalto a los pequeños duendes, con ironia y con clara suspicacia.
Los hombres verdes solamente emitian sonidos para informar exhaustivamente sobre lo que oian y veian; eran unos informantes muy prolijos.
Y en este caso adoptaban poses irónicas y de claro reproche a representantes gremiales y a jefes de de empresas que negociaban huelga tan secretamente a espaldas de los interesados.
Algunos duendes movian la cabeza negativamente señalando su desagrado por lo que ocurria, otros demostraban su reproche apoyando el menton sobre el puño y los habia que apoyaban sus manos con los brazos en jarra sobre la cintura y miraban con sorna a los reunidos.
Primero fue la sorpresa generalizada y siguió la acusación reciproca de las partes por romper la confidencialidad del encuentro.
La cantidad de dinero que obtenían los diorigentes gremiales por vender la huelga era muy tentadora.
Los "marcianitos" lo divulgaron palabra por palabra y no hubo para los pejudicados forma alguna de que el periodismo no diera a conocer hasta el mínimo detalle esta operación sindico-empresarial.
El señor Sánchez estaba con su sobrina de diez años de edad en el "bulin" de La Recoleta en una velada muy reservada cuando aparecieron los duendes verdes.
Estos se sentaron alrededor de la cama y con gestos harto elocuentes repudiaban al hombre en su actitud.
La cuestión de los sindicalista y del señor Sánchez eran cosas aisladas y valen únicamente como ejemplos.
Los duendes verdes comenzaron a aparecer en muy distintas situaciones y al par que se tuvo conciencia de que no representaban una cruzada punitiva directa, cada vez mas producian un extraño nerviosismo en la gente, una obvia molestia y una ansiedad en aumento porque podían aparecer en cualquier momento y en cualquier circunstancia en situaciones que podian ser muy incomodas.
Contemplaron una reunión de los demócratas en Washington y un encuentro secreto de la esposa del primer ministro de Cenada con su amante; todo obsequiado a la prensa detalladamente.
No se sabia de donde habían venido pero las apariciones se hicieron cada vez en mayor número y los hombres todos, el mundo entero, se sintió vigilado y controlado.
Pero en realidad ¿qué eran estos seres?. ¿Porqué venían, para qué venían, y de donde?.
Se supone que eran verdes porque la imagen de presuntos invasores en la imaginería popular era la de pequeños humanoides verdes.
Y el hecho de que hayan aparecido se estimaba que era por la proyección de nuestra conciencia y de nuestra sub- conciencia tambien..
Solo se supone.
Eran intangibles y como todo lo que tenga tal propiedad , volátiles. Carecían de temperatura y de olor y no respondían a la gravedad.
Durante los encuentros de la gente por las cuestiones mas disímiles aparecían los "marcianitos".
Asuntos de negocios, sociales, sexuales, politicos y de cualquier tipo eran objeto de las molestas visitas.
Y lo mas alarmante era que no se podía acabar con sus atrevidas, desubicadas y molestas presencias.
La aparición de estos nuevos "personajes" en la vida de la humanidad se hizo un grave problema; la privacidad estaba perdida para la gente.
¿Pero eran tan nuevos estos curiosos espias?
¿Comó se los podía amenazar si no eran tangibles ni asibles?.
Esta cuña terrible introducida en todos los momentos de nuestra existencia era agobiante e insoportable; podían aparecer con sus molestas presencias en los momentos mas insólitos e inesperados, los hombrecitos verdes.
Y además eran muy buenos observadores y muy buenos informantes; todo lo comentaban en todas partes, que era para lo único nque emítian sonido.
Era evidente que las culpas eran grandes porque jámas hubo un reproche tan severo a la conciencia.
Y quiérase o no los "hombrecitos", los "marcianitos", los "pequeños duendes", o como se los llame, para bien o para mal habrían de quedarse para siempre con nosotros.
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- Autor: juan maria ( Offline)
- Publicado: 17 de octubre de 2014 a las 13:27
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 116
- Usuarios favoritos de este poema: El Hombre de la Rosa
Comentarios2
Asi es amigo Juan María la gente lo que busca son las cosas faciles y no saben soñar con su propia alma...
Un placer pasar por tu portal...
saludos de amistad...
El Hombre de la Rosa
UN SALUDO MUY GRANDE AMIGO CRISPULO.
CARL GUSTAV JUNG DICE QUE FANTASMAS, TERRORES Y LAS COSAS QUE HAN SIDO TORMENTOS DEL HOMBRE SON PRODUCTO Y CREACION DE SU PROPIO ESPÍRITU Y DE SUS CULPAS.
MUY BUENA ONDA POETA DE LA PROLÍFICA SEÑORA ESPAÑOLA EN TODAS SUS ÉPOCAS.
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