Dentro de las riquezas de tu Padre yo escudriñe y en busca de oro, plata y marfil, allí en lo más escondido de una ciudad poco reconocida, te encontré a ti; estabas envuelta en una nube gris de tristeza y te sostenías en un estado de conformidad.
Sostuve mi mirada en tu interior tratando de encontrar un motivo para desenvolverte, y llevado por el rápido latir de mi corazón, decidí hacerlo suavemente para que no te fueras a lastimar, poco a poco tu Padre me ayudaba a conquistar tu fiel amor.
Dentro de ti habitaba el tesoro que yo buscaba, ahora que lo había encontrado no estaba dispuesto a rechazar tan hermoso regalo, regalo que me concedía su Majestad el Rey de todo imperio.
Me encontraba en estado atónito al ver que en ti había el oro del amor verdadero, los diamantes y esmeraldas incrustados en tu ternura y cariño, la plata en tu sencillez, pero más fascinado y sorprendido en el marfil de tu fidelidad.
¿Dónde estaban las palabras? no lo sé! pero el rostro de mí corazón lo decía todo.
Me llene de paciencia esperando tu llegada, soñaba con encontrarte, con el momento en que te conociera, pero jamás me imagine encontrar en ti todo el tesoro deseado.
No fue el camino el que me llevo hacia ti, fue la bendición recogida de la propia mano de Dios, quien entre sus muchas riquezas te tenía apartada para mí. Mírame a los ojos! princesa de piel blanca y cabellos dorados… mírame para poder decirte de frente cuan hermosa eres para mí.
De hoy en adelante, todos los días de tu vida serás la novia más amada, la dama más distinguida y la esposa admirada. Sobre todas estas cosas serás mi princesa, te cuidare y te amare, no por tu belleza sino por el tesoro que llevas dentro de ti.
Llévame dentro de ti hasta la eternidad, transpórtame a tus sueños y no me sueltes ni en tu respirar.
Llévame en tus ojos y me veras amándote, no los cierres sin que este a tu lado y recuerda que tu Padre así lo estableció. “amarnos hasta el fin de nuestro fin”
Tu Rey, tu Padre así lo decidió, entregarte a mí como regalo único, inigualable, incomparable.
A ti Rey de todo Poderoso! que habitas en lugares majestuosos, mis agradecimientos por tan hermoso regalo…regalo dado a tu siervo para felicidad infinita.
Miguel Sánchez Espíndola
- Autor: MIGUEL ESPÍNDOLA (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 17 de octubre de 2014 a las 14:08
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 58
- Usuarios favoritos de este poema: El Hombre de la Rosa
Comentarios1
Muy hermosa tu prosa literaria amigo Miguel
Un placer pasar por tu portal...
saludos de amistad...
El Hombre de la Rosa
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