Rugido ígneo que arrastra
raudales de retazos escarlata
y contracciones cardíacas.
Fulgor superlativo atrapado
en una pequeña mirada,
en un recuerdo,
en una saeta eólica.
Aliento de ascuas
y garabatos de libertad
achicharrados.
Resiliente y orgulloso
contra ráfagas y estocadas
perdidas.
Minueto explosivo de
corazón de rubí,
hálito azafrán y
tinta carmesí atrapadas en una
vorágine de alaridos que escalan
y apuñalan con desesperación el cielo.
Octavio Aldebarán Márquez.
- Autor: Octavio Márquez ( Offline)
- Publicado: 19 de octubre de 2014 a las 02:29
- Comentario del autor sobre el poema: Muchas gracias por tomarse esta molestia. Espero sean de su agrado estas atropelladas palabras.
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 57
- Usuarios favoritos de este poema: El Hombre de la Rosa
Comentarios1
Me parecio muy bueno tu poema amigo Octavio
Un placer pasar por tu portal...
Saludos de amistad...
El Hombre de la Rosa
Muchas gracias por darte una vuelta por acá 🙂 saludos.
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