De seguro estaba llorando
cuando me pusieron en tus brazos.
No existían las palabras,
mi mirada no veía,
pero tu corazón latía
un dulce ritmo conocido,
el olor de tu piel era mi nido.
Y por primera vez
tus manos me tocaron
suaves, tibias fueron abrigo,
contra tu pecho me sujetaron,
un oasis en medio del caos,
instante perfecto de tu alma y la mía.
La semilla se desprende
de tu vientre maduro,
mi mano pequeña sujeta a tu dedo,
tu cuerpo de madre
mi lugar en el mundo.
por Victoria Montes
Blog: vientosdetinta.blogspot.com.ar
- Autor: Victoria Montes (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 20 de octubre de 2014 a las 01:07
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 50
- Usuarios favoritos de este poema: El Hombre de la Rosa
Comentarios1
Mucha nostalgia desprenden tus bellas letras amiga Victoria
Un placer leer tus letras...
Saludos de amistad...
El Hombre de l,a Rosa
Muchas gracias, me alegro te haya gustado.
Un abrazo.
Victoria.
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.