De pronto el corazón, con ansia extrema
Mezclada a un tiempo de placer y espanto,
Latió, mientras su labio murmuraba:
"¡No, los muertos no vuelven de sus antros!
(la canción que oyó en sueños el viejo)
Rosalía de Castro
- - -
Yo conozco un lugar donde las gentes se reunen
para rumiarse cuitas, contando chiribitas.
Van glosando sus vidas, historias y presumen.
Lanzan brindis al sol,
jugando de farol.
Tranquilo es y coqueto del hueco en la placita.
donde imaginan y añoran, siempre a la misma hora,
algo que no ha de volver a sus vidas marchitas.
Ríen, hacen alarde
hasta caer la tarde.
Ensimismados tienen la testa entre las manos
soñando con placeres que de hombres y mujeres
ya casi no se acuerdan o suenan muy lejanos.
Solean, rien y viven,
comentan, sobreviven.
Llevan niebla en sus ojos cansados desde niños,
- estirando la vida, jugando una partida-
sumando aditamentos y de experiencia aliños,
Siembran de, sus reuniones,
cachavas y bastones-.
Henchidos de nostalgias, vacíos de ilusiones,
tienen hombros cansados, por esfuerzos pasados,
dañadas emociones, gastados corazones.
No se sabe si oran,
suspiran o si lloran.
Alli un mañana osado juega junto al pasado,
-en tanto que unos tosen, los otros se descosen-
vigilando a ladrones que su amor han sisado.
Juegan, matan el tiempo,
llenando un pasatiempo.
Esos seres humanos, de semblantes añejos,
con espaldas hundidas y miradas perdidas
ya no tienen futuro solo tienen consejos,
de repliegues, patosos,
añosos, son los viejos.
- Autor: donbuendon (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 21 de octubre de 2014 a las 04:10
- Comentario del autor sobre el poema: El autor ha querido reflejar la estampa de una placita en la que, puntualmente todas las tardes, se reunen los ancianos del lugar para "matar el tiempo" (el pasado) mientras vigilar a sus nietos los niños que allí corretean (el futuro).
- Categoría: Triste
- Lecturas: 46
- Usuarios favoritos de este poema: rosamaritza, El Hombre de la Rosa, Javier Carrillo
Comentarios5
amigo querido, bello poema, no pude evitar recordar a mi madre, no me lo vas a creer pero te juro es cierto, ella era juventud por dentro y vejez por fuera, tanto es así, que murió en febrero de este año a la edad de 87 años, bailaba con su nieto, porque le dio por bailar, recordando sus tiempos.......me dio una gran lección de que la vida es un baile y sobrevive el que baile mejor, ella siempre bailaba y me ganaba jajajaja, un gran abrazo amigo
Hola Rosa Maritza. A todos los que tenemos o hemos perdido abuelos nos traerá a la memoria las experiencias vividas. Siento que tu madre falleciera pero es el final que nos aguarda a todos sin distinción. Un abrazo
gracias Donaciano, por momentos pienso ella, fue luz de fuerza para mi.......
En tu poema de hoy nos muestras la imagen de esas plazas de cualquier ciudad, donde los ancianos pasan su tiempo. Unos realizando alguna actividad, otros con la mirada ausente, miran sus recuerdos.Tu poema es muy entrañable y un poco triste aunque esa tristeza no merma en nada su belleza.
Para darte una visión más alegre del tema te voy a contar como seré yo cuando sea anciana:
Cuando yo sea mayor
no seré una triste anciana
seré de jara una flor
bailando por sevillanas.
Y cuando llegue la hora
del final de mi camino
con voz muy convencedora
yo le pediré al destino:
Déjame un tiempito más
retrasa un poquito el tren
que aun me queda que aprender
a bailar por soleá.
Y cuando el destino diga
que mi tiempo se ha acabao
me marcharé de esta vida
bailando un zapateao.
Un abrazo y feliz día.
Te agradezco que hayas puesto el contrapunto. Efectivamente, tal como yo lo relato, trato de sacar sentimiento de tristeza de las personas que ya no tienen más objetivos en la vida que los de ver como pasa el tiempo. Pero tambien aquí se puede ver la botella medio llena.
Un abrazo
Que bien sus tetradecasílabos y heptasílabos, cuando se propone a magnificar su técnica lo hace de una manera especial.
El tema de fondo, es todo un panorama de la vida.
Las plazas serían sitios muertos si no se forjaran con las historias de tantas personas.
Saludos
Si esas plazas hablaran, dios, si las plazas hablaran, habría que pedir que la naturaleza se parara para escuchar tantas vivencias y sabiduría en un momento y rendir pleitesía a los protagonistas de ese acontecimiento.
Gracias John
Todo es humanidad como tus propios versos amigo Donaciano
Un placer pasar por tu portal...
Saludos de Críspulo...
El Hombre de la Rosa
Gracias amigo.
Un abrazo
Bonita y musical métrica tiene tu placita de la nostalgia.La senectud no se rinde,muere esgrimiendo su bastón,hablando de política,del tiempo,del pasado,de remedios para el reuma,y aún recuerdan su juventud conscientes del corto mañana.¡Que les quiten lo bailao!.
Los indios antiguos los escuchaban con respeto,para los indios actuales,son solo objetos de museo,
Bella pincelada costumbrista.
Un abrazo Dona.Muy bueno
Muchas gracias. Efectivamente, no es lo mismo ser indio que hacer el indio o ser indiota. Al final, a los ancianos lo único que les queda es la palabra y su bagage de recuerdos. Ah, y un montón de amigos entre los cuales hay muchos médicos.
Un abrazo, Johnny
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.