Ya morimos de miedo una vez, fuimos un puñado de ilusiones,
jugamos al amor en diferentes idiomas y no nos entendimos.
Que trágico resulta el mundo cuando, a pesar de estar traspapelados,
yo te sigo eligiendo, porque eres mi historia favorita, y te leo mil veces.
Y para que sepas que la vida se trata de caídas,
rompí mis rodillas con el suelo,
veras que hoy sangran
pero mañana las cicatrices te enseñaran a no temerle al golpe.
Muriendo de miedo, muriendo de amor, y así andamos, sin más,
muriendo, todos los días muriendo, y lo sabemos muy bien.
Porque el disimulo es mar a nuestras playas, tu allá, yo aquí,
no nos vemos, por eso no duele, pero nuestras miradas se extrañan.
Y he olvidado tu sonrisa, esa que supo ser el faro en mi camino,
he olvidado donde encontrarte porque ya no estás en este sitio.
Quizás sea hora de soltar la cuerda que me mantiene vivo a la ilusión,
de ser donde duermen tus sueños, donde nacen tus besos.
Quizás sea hora, de una vez por todas, de morir de amor…
Lemos Maximiliano Daniel
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- Autor: lemos maximiliano ( Offline)
- Publicado: 28 de octubre de 2014 a las 00:43
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 91
- Usuarios favoritos de este poema: El Hombre de la Rosa
Comentarios1
Morir de miedo es posible pero de amor lo unico que puede pasar es ser feliz amigo Lemos Maximiliano...
Un placer pasar por tu portal...
Saludos de amistad de Críspulo...
El Hombre de la Rosa
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