Llegando al Octavo eslabón
El recuerdo llega a mi memoria
Que viaje a través del tiempo y de los años…
En los que hoy puedo citar la historia
El amor y todo el inmenso cariño,
Cuando pude saber al fin que mi hermoso niño
Llegaría a este mundo
Y desde el amor profundo
Que siempre soñé tenerlo conmigo,
Lleno del más grande abrigo
Para el corazón mío…
Se instalo dentro de mí,
Como esos virus incurables,
Esos que aunque pasen los años subsistiera
A todas las tormentas perfectas,
Y en una mágica caja de acero
Sembró los peldaños de mi existencia
Hacia el fin de mis días,
Coronando con su inocencia temprana
Todas aquellas pequeñas melodías
Que llenan en su sonrisa…
Los placeres de la vida entera.
Así creciendo a mi lado
Como capullo de seda,
Esa frágil manera de encender la llama
Que el corazón atraviesa con calma
Cuando llenando de abrazos fundía mi alma,
Cuando al grito sagrado de tu voz
Al fin me llamaste Papá!!!!
Como han pasado los años,
Como esos destellos de luz en los cometas
Que brillan a través de tus grandes ojos…
Como ese carnaval en tu rostro
Que llenan tu sonrisa de arcoíris…
Como ese sin fin de movimientos mágicos
En todos los telares de tu vida,
Que día a día renueva mi existencia
Y desde la más bella inocencia
De tus pequeños años…
Hoy se han vuelto en peldaños
De todo lo que tanto quiero
Mí amado hijo de cuerpo entero.
Y hoy llegando a tu octavo eslabón…
Que cada día llenas las horas con esa pasión
Que brota de tu alma y el corazón
Con esa energía increíble que rompe la razón,
Esos benditos saltos mágicos de tus inquietantes pies…
Los brincos relucientes de tu alma llena,
Y ese corazón tan lleno de amor
Que saca hasta el lugar más inhóspito de la tierra
Para convertirlo en la fantasía completa,
Tus ojos, tu mirada que brilla
Como brillan mis días desde que naciste
Hoy tan solo quise escribirte
Una bella canción…
Y así desde el primer momento en que te vi,
Cuando tus sentidos despertaron al mundo…
Cuando derribaste todos los muros
De aquellos dolores pasajeros de mi vida,
Encontré en tu mirada aquella inevitable salida
Al amanecer cotidiano,
Y como esos pueblos hermanos
Aquellos originarios de nuestras tierras,
Bendecistes las horas y los días siguientes,
Como llenaste de paz cada palabra en mi presente
Cada sonrisa susurrándome al oído,
Cada abrazo azotando mis dolores…
Cada lagrima derretida de por vida,
Un pedazo de mi alma fuera de mí…
Que ya no añora la despedida.
Christian A.C. Vázquez
- Autor: Yo_Capo77 (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 29 de octubre de 2014 a las 01:01
- Categoría: Familia
- Lecturas: 36
- Usuarios favoritos de este poema: El Hombre de la Rosa
Comentarios3
Hermosas letras!!
Gracias amigo Javier!!!!
Así es amigo, la alegría del primer hijo
bamnam
gracias amigo bambam!!!!
Muy hermoso tu poema familiar amigo Yo_Capo77
Un placer pasar por tu portal...
Saludos de amistad de Críspulo
El Hombre de la Rosa...
gracias amigo por siempre pasar por aquí y tus buenos comentarios!!!!
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