Desperté de súbito
Sentado en la esquina del cuarto
De un viejo building
Que antes ardía en llamas;
Mi corazón palpitaba al ritmo
de una fiesta alborotada de palo,
Mi camisa empapada de sudor
Y una atmósfera espesa
Destilaba un espantoso hedor a muerte,
A humedad, a pudrición.
!he quedado solo! solo, solo, solo.
De repente una araña que colgaba del aire
Tejía para mi un abrigo gris;
Un ratoncito escurridizo entre mis piernas
Llamaba a mi atención
Para compartir una vieja migaja de pan,
Una colonia de hormigas
Traían de algún lugar secreto
Leche para que bebiese.
!Quizás aun no estoy tan solo!
Ay de mi sino cambio mi forma de vivir!
Si dándote la espalda
Prosigo en mis caminos de perdición
Olvidándome de tu amor,
De tus cuidados y tus mieles sabrosas.
No me aborrezcas Dios
Por causa de mi necedad
Ten piedad de mi
y que nunca se aparte tu gracia.
- Autor: Adrian Rodriguez ( Offline)
- Publicado: 2 de noviembre de 2014 a las 02:04
- Categoría: Espiritual
- Lecturas: 60
- Usuarios favoritos de este poema: kavanarudén, El Hombre de la Rosa
Comentarios2
Hermoso escrito amigo Adrian.
Estoy convencido que Dios no aborrece a ninguno. Somos nosotros que nos alejamos.
Recuerda que leemos en la escritura que la misericordia triunfa sobre el juicio.
Un fuerte abrazo de sincera amistad desde la distancia.
Tienes una noble alma, se puede percibir a través de tus escritos. No seas tan duro contigo mismo.
Vaya a ti mi admiración, respeto y afecto.
Kavi
Muchas gracias amigo Kavi, es un placer leer tus comentarios; son como chocolate caliente en tiempo de frio. Un abraso.
Muy grato tu gran poema espiritual amigo Adrian
Muy gratificante la lectura de tus letras...
Saludos de amistad...
El Hombre de la Rosa...
Saludos para ti tambien mi amigo. Gracias por tus comentarios y sobre todo por el tiempo que tomas para leer mis poemas. Dios te bendiga Hombre de la rosa.
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