En la voz de Gaviota Romero
Muy cerca de mi ocaso, yo te bendigo, vida,
porque nunca me diste ni esperanza fallida,
ni trabajos injustos, ni pena inmerecida;
porque veo al final de mi rudo camino
que yo fui el arquitecto de mi propio destino;
que si extraje las mieles o la hiel de las cosas,
fue porque en ellas puse hiel o mieles sabrosas:
cuando planté rosales, coseché siempre rosas.
...Cierto, a mis lozanías va a seguir el invierno:
¡mas tú no me dijiste que mayo fuese eterno!
Hallé sin duda largas las noches de mis penas;
mas no me prometiste tan sólo noches buenas;
y en cambio tuve algunas santamente serenas...
Amé, fui amado, el sol acarició mi faz.
¡Vida, nada me debes! ¡Vida, estamos en paz!
- Autor: "Gaviota" Romero (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 3 de noviembre de 2014 a las 19:48
- Comentario del autor sobre el poema: Somos nosotros mismo los que hacemos, decidimos, y deshacemos. Nuestra vida de pende de nuestras decisiones. Seremos felices o desgraciados, viviremos en paz, o estaremos en lucha constate. Eso de pende de nosotros. Gaviota Romero
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 65
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