La censura recomienda: Muérdete la lengua.
Si lo haces, sangrarás expresión, por boca de la muda libertad.
Y aunque te cubras el corte de los labios, con las manos del silencio.
La piel de tus pensamientos.
Las ropas de tus gestos.
El exterior de tus alientos.
Todo quedará manchado, con la impotencia, del corazón arrancado.
Se te comerán los bichos los ojos
y no podrás ver nada con claridad honesta.
Las cuencas por donde antes se acumulaban las lágrimas
se habrán secado, a consecuencia de la sequía cuarteada de emoción.
Estarás muerto, puede que no para el mundo aparente
pero para el firmamento interior.
La corrupción de lo humano habrá afectado muy adentro
a la necrosis del sentimiento.
Prefiero quedar desterrada de todas partes.
Que permanecer encerrada en ninguna contención.
II.
Porque si hago eso, y me encierro en la traición de quién soy.
Estoy sentenciándome ejecución
a-garrotada rendición, al verdugo del miedo.
Y ya no sabría como volver a encontrarme a mí misma
mi paradero auricular contrahecho.
Que no será regular pecho, ni mecanismo convencional
pero marca muy bien las horas, de su puntualidad emocional.
Para saber en qué tiempo vivo.
Me guío con la observación del presente en general
y de la gente en particular.
Las manecillas de sus preocupaciones van y vienen regularmente
sobre la esfera de las calles.
Yo permanezco varada a propósito de realidad.
Agotan sus segundos pensando siempre en el más allá futuro
que no existe si no és en en ese mismo instante ausente.
Y la vida mientras llanto, se les va anocheciendo,
conforme se va cumpliendo el pronóstico caduco
De lo que pudo haber sido, y no fue.
De lo que pudo ser olvido, y recordé.
III.
Siempre me digo como enferma de herida mortal:
" Debería advertirles de la importancia de este estoy, soy, y amo
antes que sea demasiado tarde para sus añoranzas".
Pero comprendo que como poeta..
nadie me comprendería que és exactamente lo que he querido decir
por lo mismo que les he deseado salvar.
Casandra maldita de la experiencia
a la convalecencia de la realidad.
Al fin y al cabo de esta mecha
el que nace y hace del sentimiento su vocación.
Acaba loco, reventándose las tripas por ilógica de la razón.
Esa utopía que a mi mundo de doler, todos afirman que la tienen
pero ninguno puede ofrecer prueba de existencia.
Luego recojo mis prosas, de mendiga iluminada
por este don del pobre hecho poemario.
Para perderme en la palabra cualquiera.
Borrador humilde..
..al que le firmé juramento necesario..
..de mi letra Paradera.
- Autor: Paradera Desconocida. (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 6 de noviembre de 2014 a las 04:53
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 27
- Usuarios favoritos de este poema: rosamaritza, El Hombre de la Rosa
Comentarios3
Bellos versos!!!
Saluditos de amistad!!!
cuanta razón lleva tu poema en su gran reflexión, un abrazoteeeeeee amiga querida, tqm.
rosamary
Muy hermoso tu poema amiga Irene
Un placer pasar por tu portaL...
Abrazos de amistad de Críspulo...
El Hombre de la Rosa
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