Mi libertad.
Esta carne, hambrienta de carne,
Este corazón, sediento de sangre,
Pertenece a la tierra, no al aire.
Mi voz es libre,
Libre,
Como el aire.
Mi pensamiento
Libre,
Como los corazones infantiles,
Como los niños inocentes,
Que en las guerras mueren.
Mis manos son libres.
Con dos tiros, me desangraron el vientre,
Aun muerto soy libre.
Soy libre,
Sin adoctrinamiento,
Sin compromisos,
Sin creencias,
Sin obligaciones,
Por eso pertenezco a la tierra, y no al aire.
- Autor: Araceli Vellber ( Offline)
- Publicado: 7 de noviembre de 2014 a las 04:06
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 50
- Usuarios favoritos de este poema: kavanarudén, rosamaritza
Comentarios4
Un gusto leerte amigo!!!
Araceli lo tuve que leer tres veces, amiga que grande es este poema,
por eso pertenezco a la tierra y no al aire
un abrazo tqm.
rosamary
Tu poema tiene una profundidad notable, además de la filosofía profunda que hace ecos en cada verso, y el poder de las figuras literarias que manejas muy bien, un gusto leerte.
El arte en general, y en particular la poesía, además de su oficio de preguntar, es una interesante evidencia, que lleva a inquirir por qué la carne o tierra busca trascenderse, ¿será que es más que piedra?
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