La vida es apacible
como el alma de una niña
a la vera solita del rio.
El dia, la noche y el búho
saben de la paz sin ruido
la mariposa vuela silenciosa
y con serena dignidad
luce su majestad la rosa.
De ese recodo de la orilla
soy el rey
y en mi comarca pequeña
son mis súbditos
los alelíes
las ranas y las luciérnagas
celosas.
Es mi clarín de guerra
el toque del pájaro
que pone su canto
y se oye en todo el reino
suave y armonioso.
Son los tambores de mi boato
los cantos de la cigarra.
Me arrulla el repiquetear
de la lluvia
como un suspirar del agua
que es mi amiga
con su voz de tristezas.
Cuando se vaya
del río el silencio
me iré yo también
en el bote
por su cauce navegando
sonriendo
al placido irupé
y lejos de la gaviota bulliciosa.
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- Autor: juan maria ( Offline)
- Publicado: 7 de noviembre de 2014 a las 12:09
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 72
- Usuarios favoritos de este poema: El Hombre de la Rosa, Miguel Vargas
Comentarios2
Muy hermosa tu poesía amigo
Un placer pasar por tu portal
Saludos de amistad de Críspulo
El Hombre de la Rosa
hola, hola, hola...amigo Crispulo, mucho gusto de volver a saludarte.
Te cuento que soy de la ciudad de Azul en la Provincia de Buenos Aires y aquí se festeja la semana cervantina.
Esto es porque existe aquí la colección mas variada de ediciones del Quijote.
Fue designada, Azul, ciudad cervantina por la UNESCO y ha recibido la visita de varios embajadores españoles.
BUENA ONDA Y CABEZA FRESCA
Placentera la lectura de tan bello poema. Naturaleza por doquier, como me emociona el alma.
Sinceramente te felicito, le haces honor a tu ciudad cervantina. 🙂
muchas gracias bebota 1947
buena onda
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