No es bueno extrañar

Extrañar es un sentimiento donde, por lo general, se piensa por una persona ausente; esos recuerdos comienzan cuando se vienen a la memoria momentos buenos y alegres con una persona con quien se siente algún sentimiento de afecto y cariño, ya sea, por amistad, familiar, sentimental o laboral; recordando entretenidos episodios que se han pasado juntos. En algunos casos, después de un rato de recuerdos felices, comienzan las inevitables preguntas internas de auto cuestionamiento, ¿Qué estará haciendo? ¿Estará pensando en mí? ¿Con quién estará conversando? ¿Por qué no me ha llamado? Y así las dudas van creciendo, las respuestas especulativas asoman, si no me llama es porque está ocupado (a), pero en que o con quien, no cuesta nada enviar un mensaje pequeño. Llegado el momento cuando se juntan y saludan después de un rato de armonía aparece el primer comentario algo irónico y sarcástico cobrando sentimientos basado en las mismas preguntas de cuando no estaban juntos.

¿Qué hiciste? ¿Me extrañaste? ¿Por qué no me llamaste o enviaste un mensaje? ¿Estabas muy ocupado (a)?, las respuestas aunque pueden ser muy reales, pasan a ser sentidas como si fueran solo escusas y las dudas generadas pasan a ser reproches ante todo lo que se dice, el cobro de sentimientos ya es algo latente y vienen las diferencias, inicio de pequeñas diferencias originadas solo por especular y pensar sobre situaciones irreales producto de la desconfianza generada por la distancia. Al final, extrañar termina siendo perjudicial, es mejor vivir el momento presente y propio, no pensar en el momento del otro para que cuando se junten sea real y no de posibles peleas o discusiones.