Se dé una sutil realidad, escabrosa y difícil
Dé un pronto ocaso en invierno Y de una cruel soledad
Vida mía en mi amor yo te digo, que no he de encontrar alivio
Esperanza o consuelo.
¿Qué le ha de quedar a un hombre
En el amanecer de su vida, cuando esa
Vida no es nada sin la luz de tu sonrisa?
¿Una sonrisa que buscaba ocupar de
Besos hasta la consumación de sus días?
Gemirán las canciones, un ejército de ellas
Miles de notas, silencios y corcheas
Todas en agonía, muerte y melancolía.
Más sin embargo es hermoso el tiempo
Tu presente y el mío
Los días y las horas,
Este efímero invierno sereno.
Es hermoso cuando contemplo
Tu alma de niña y señora
Hermoso cuando acaricio
Tú piel de princesa y de ángel.
Sé que no han de bastar los días
Para sentir tu alma en mi alma
No han de bastar siquiera
Para huir en mí desesperanza
Más Te quiero en mi locura
En mi juventud serena y llana
Te quiero como se quieren
el canto y la poesía
Te quiero en este breve instante
Bendito, apacible y radiante.
En la oda de mi alegría
Eufónica, grata y brillante
Te quiero Alejandra querida
por la música y la sinfonía
te quiero en la poesía,
hasta el último momento.
- Autor: jp carrasco ( Offline)
- Publicado: 17 de noviembre de 2014 a las 21:31
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 84
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