La vi callada anoche,
Enceguecida por la oscuridad.
Arropada entre sábanas
Y respirando olor a lluvia.
La sentí mujer mientras duraban las caricias,
La creí estoica por unos cuantos segundos.
Al final las emociones prevalecieron
Sobre lo que solía llamar fortaleza.
Se sentó pensativa en la frontera
Al mismo tiempo que me mostraba su espalda;
Viró a mirarme y mostrarme tiernos ojos,
Yo sólo pude callar y asestarle un beso.
El silencio invadió aquel lugar
Encadenó las palabras, los abrazos y las miradas;
Y liberó la incómoda presencia de la culpa,
Aquélla que me aprisionó y estrujo el corazón.
Al estilo de una bocanada de aire
Después del más fuerte incendio,
Su suave voz hizo la vida en sonidos
Cuando sus labios pronunciaron un sonoro te amo.
- Autor: Enmanuel Gómez (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 19 de noviembre de 2014 a las 12:22
- Comentario del autor sobre el poema: Esto va dedicado a ese momento un tanto incómodo por el que pasamos los hombres cuando somos la primera vez de alguna mujer. Luego de ese acto tan maravilloso, la culpa nos aprisiona, pero una palabra de nuestra compañera basta para que nos liberemos.
- Categoría: Erótico
- Lecturas: 52
- Usuarios favoritos de este poema: El Hombre de la Rosa, crazypoet
Comentarios1
Muy eroticos son tus hermosos versos amigo Enmanuel...
Un placer pasar por tu portal...
Saludos de amistad y afecto...
Críspulo Cortés Cortés
El Hombre de la Rosa
Gracias, amigo Críspulo, por pasar por este humilde rincón de versos.
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