Mujer

De verdad no entiendo, y no confundan mis palabras, pues no busco excluir, sino destacar.
En éste mundo existen millones de mujeres, todas valiosas y dignas, pero solo muy pocas,
un puñado a penas, son de esas especiales, únicas, perfectas.
Son mujeres hermosas, y no hablo solo de su apariencia, que eso es secundario. 
Me refiero a que son hermosas desde él núcleo de su alma, preciosas y valiosas cómo la propia vida.
Desprenden luz radiante que encalidece él espíritu con su presencia 
y se van caminando iluminando su propio sendero.
Es imposible no enamorarse, no perderse en su existencia, es inevitable,
te refugiaras en sus ojos y te hipnotizara su voz y entonces sabrás que no importa cuanto la ames
jamás será suficiente, no importa cuanto le ofrezca tu corazón, tu buena intención
y él deseo de tenerla cautiva en tus brazos al igual cómo te cautivo su esencia para siempre.
Ella merece todo y más, es digna de tu alma y más.
Son cada vez menos, están en peligro de extinción, son de edición limitada su noble corazón.
No basta con decir que son un tesoro, un regalo de Dios, un oasis de desierto,
él anhelo de un hombre fiel.
He tenido la fortuna de contemplar de cuando en vez a tan extraño espécimen. 
Un raro acontecimiento, cómo él cometa Halley, crees que serás testigo una vez en la vida. 
Pero tengo la suerte de conocer algunas más, lo que no entiendo,
cómo empecé al escribir estos versos, es su necesidad de autodestrucción. 
Como si buscarán la degradación, veo como arrastran su existencia con acciones
que no son dignas de su estatus, hechos desgarradores
al ver desperdiciar él potencial de ser una gran mujer.
Adoptan la banalidad de lo material, la falsa belleza de lo superficial
y olvidan lo esencial, él alimento de su espíritu, amor real.
Y se dejan devaluar por estúpidos que no comprenden y no valoran
la delicadeza de su aura, verdugos de su casi divinidad.
Con él tiempo su luz radiante se apaga, puedes verlo en sus ojos perdidos,
suelen esconderse tras una sonrisa, y buscan él pretexto para sentirse libres,
pero no lo son, y viven engañadas por él resto de su vida.