En este muelle te conocí y aun espero paciente tu regreso, en una tarde fugaz, mientas las gaviotas se sumergían apresuradas a la mar, me encontré con tus ojos serenos y tristes y tu sonrisa casi esbozada, tu piel morena y tu corazón sencillo.
Muchas tardes después, regrese con el alma ilusionada, con el deseo incoherente de encontrar en ti al ser místico que tanto anhelaba, a veces te encontraba y me perdía en ti. A veces mi espera fue en vano. Me refugiaba en los pescadores y en sus redes. El tiempo se volvía incontable así.
Un día mientras el sol se ocultaba y el atardecer mostraba sus tonos naranjas y rojos, escuche tu voz, tu voz que me buscaba con una simple pregunta. Mi corazón galopo por valles inmensos a un ritmo astral.
Día a día gane tu confianza. Recorrimos la orilla, la mar besaba con su espuma a la arena, y nos zambullíamos de ola en ola a la libertad. Poco a poco buscaste mi mano y así en una noche tropical con sabor a sal entrelazamos nuestros dedos y así nuestros destinos.
Tú soñabas con volverte marinero, con recorrer los mares del mundo y yo solo quería soñar. Un día partiste en busca de una aventura y han pasado tantos años y me pregunto si en tu paso encontraste sirenas o sueños rotos. Y yo regrese al viejo muelle, y recordé de pronto sin querer a tus ojos serenos.
- Autor: Alejandra Díaz (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 20 de noviembre de 2014 a las 00:33
- Categoría: Amor
- Lecturas: 200
- Usuarios favoritos de este poema: El Hombre de la Rosa
Comentarios1
Muy hermosa tu prosa de amor amigo Ranra392
Un placer leer tu bello poema...
Saludos de amistad de tu amigo Críspulo...
Muchas gracias por tu comentario hombre de la rosa
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