Me veo estar plácido en los colores del día,
y como ausente en la oscuridad de la noche,
me veo en la imagen sin fin de los horizontes.
La mar, el cielo y la tierra son mi reflejo.
No hay nada que no esté lleno de mi presencia,
mi naturaleza es extenderme a lo que contemplo.
Yo soy tú. Tú eres yo. Aquellos que ves por allí,
somos nosotros desentendidos.
La memoria nos separa, olvidando nuestra esencia.
La individualidad nos aterra. La dualidad nos enajena;
pero así como los colores son de la única luz,
los experimentadores son de la única naturaleza.
¿Dónde estoy yo que no estés tú?
¿Donde estás tú que no esté yo?
La vida es nuestra vida.
Tu sueño es el mío.
¿Quién como nosotros,
que no somos varios,
sino... que somos solo uno?
¿Quién nos puede separar?
Ni la vida, ni la muerte, ni ángeles, ni potestades,
ni ninguna cosa creada, nos puede apartar,
en nuestro único y gran amor:
Indivisible, insondable, inmutable...
La multiforme sabiduría que es una sola,
habita en nuestro único ser.
Mi paz es tuya, tu paz es mía.
Fuí, soy y seré en tí,
en el instante eterno,
como tú lo fuiste, lo eres y lo serás en mí.
Descansemos en esto...
- Autor: antoninomilla ( Offline)
- Publicado: 20 de noviembre de 2014 a las 20:30
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 90
- Usuarios favoritos de este poema: antoninomilla, El Hombre de la Rosa
Comentarios1
Muy bello tu hermoso poema amigo Antoniomilla
Saludos de amistad de tu amigo Críspulo
El Hombre de la Rosa
Gracias
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