Amor que estás en los recuerdos,
imposible de olvidarte,
tu regreso es un sueño,
me hiciste tan feliz.
Se dio sin aviso,
de amigos a más,
fue tan fugaz.
Se hizo una costumbre personal,
escondernos lejos del mundo,
de tantos juicios pobres,
nunca pisamos nuestros frenos.
Por entregarnos al deseo,
fuimos dos cuerpos destinados,
ahora el fuego nos espera,
en las llamas arderemos.
Sin querer lastimar,
nos aferramos ambos,
nos estaba prohibido.
No quisimos dañar,
fuimos nosotros mismos,
dos seres correspondidos.
Y en tu vida,
para el resto
y para siempre.
Y contrario al miedo,
luchamos contra todos,
fui tu más grande pecado.
- Autor: Piereh Antoni (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 25 de noviembre de 2014 a las 21:22
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 78
- Usuarios favoritos de este poema: El Hombre de la Rosa
Comentarios1
Muy esoecial y hermoso tu poema amigo Piereh Antoni...
Un placer pasar por tu portal...
Un abrazo de amistad de Críspulo...
El Hombre de la Rosa...
Muchas gracias Críspulo, saludos desde Perú. 🙂
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