Árbol navideño

Carlos Fernando


AVISO DE AUSENCIA DE Carlos Fernando
Aviso que he vuelto después de muchos años ausente.

 

 

Luces multicolores cintilan

empotradas sobre las ramas

de la conífera marchita verde

muertas de prematura muerte

impuesta por la emoción

solaz de infantil nostalgia.

 

Sus destellos, luminosos brillos

fugaces instantáneos configuran

rítmica danza  que orna el leñoso

palo del árbol que soporta

las ramas donde las luces penden.

 

Luces que en evocadora

ensoñación transporta la razón

a añejos tiempos infantiles.

Instalado en una esquina de la sala

mas no por aludir al Yiggdrasil

de adoración pagana.

 

En cuya copa se encontraba

el Asgard y en cuya base

el Helheim aterrador se extiende.

Sino por ser tradicional

emblema de diciembre.

 

Importado desde tierra allende

el Atlántico se expande

entre la América y la Europa

de Occidente, y la Alemania

surge en su anhelo del Valhala.

 

No, esta conífera maltrecha

que sus últimas galas por lucir

se afana, antes de morir

y hacerse yesca. No hace otra

cosa que llevarme a evocar

la engalanada sala de la añorada

niñez en casa de mis padres. 

 

No es más ya ese objeto satánico

que algún religioso en su prejuicio teme,

y a temer me enseñó en otros tiempos.

 

Es tan solo un pino seco adornado

de luces de colores, y de esferas

que mis recuerdos del ayer provoca.

 

Carlos Fernando

  • Autor: Carlos Cabonaro (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 30 de noviembre de 2014 a las 14:40
  • Comentario del autor sobre el poema: Imagino que este poema podrá ser polémico. Yo nací en diciembre. Y era costumbre de mis padres, tener adornada la casa con motivos navideños año tras año, lista antes de mi cumpleaños. Por prejuicios religiosos, algunos años evité colocar estos adornos a pesar de los dulces recuerdos que me hacen evocar. Hoy después de varios años de haber dejado esa tradición, y liberado de esas deformaciones religiosas que me llevaron a discontinuarla, accedí de nueva cuenta a los deseos de mi familia, y este año tenemos la casa de todos ustedes (que es mi casa) libremente adornada. Para aquellos de ustedes que no saben que soy un descendiente de Anusim, les pongo al tanto de mi vocación Judáica, y de mi proclividad hacia la filosofía Judía de vida. Este poema, es el reflejo de la libertad que he encontrado fuera de los prejuicios que me fueron enseñados años atrás en otras corrientes religiosas. Shalom
  • Categoría: Fecha especial
  • Lecturas: 135
  • Usuarios favoritos de este poema: El Hombre de la Rosa, santos castro checa, Maria Hodunok.
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Comentarios +

Comentarios1

  • El Hombre de la Rosa

    El árbol de la navidad que alumbra la esperanza del hombre en estas fechas entrañables que se aproximan... amigo Carlos Fernando...
    Un placer pasar por tu portal...
    Saludos de amistad de Críspulo...
    El Hombre de la Rosa...



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