Difícil es decir adiós cuando se ama todavía.
Mi alma moribunda se despide ya sin fuerza,
cansada de la sombra que golpea y me lleva a la agonía.
Muchos perdones y tan poca redención.
¿Recuerdas cuando tuve las manos llenas de estrellas?
Tú las apagaste todas matando la canción.
¡Perdóname! Ya no es una prueba de amor,
es una caricia inútil que ya no encuentra razón.
Tus labios no cicatrizan las palabras que golpean
los rincones de mis días causándome tanto dolor.
Adiós mientras te ame…
Mientras llore por amarte y no por la tragedia
de una existencia vaga y llena de rencor.
Adiós mientras esté triste…
Porque la tristeza late, pero con otro color.
Volveré a buscar estrellas para mitigar la oscuridad,
que no sea por las sombras que te vuelva a recordar.
Porque mi alma sigue viva,
aunque al cruzar la puerta sangre y se arrastre moribunda.
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Autor:
Nerea Acosta (
Offline)
- Publicado: 30 de noviembre de 2014 a las 17:40
- Categoría: Amor
- Lecturas: 34
- Usuarios favoritos de este poema: MOZA MIA
Comentarios2
Que desgarrador poema que sale de tu alma adolorida, me ha conmovido muchísimo y es que cuando un amor se va o acaba, queda todo sin color y nada tiene sentido.
saluditos
simplemente Hermoso.
tiene fuerza y a la vez dulzura.
gracias por compartirlo.
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