Tibia, blanca, sollozante suenan las cuerdas del violín sempiterno.
El zorro carmesí desciende por la montaña, astuto, sin fin... impregnado de doliente pecado
Y la mujer mira por la ventana, sentada en el desorden de sábanas blancas.
Su cábelo ígneo ilumina cual fuego en la hoguera de cristal marchito de cenizas.
Y el zorro que desciende se posa en la ventana, hablándome de recuerdos del alma
Delirio perfecto, cintura fugaz, labios escarlata, tu mirada quema los recuerdos del alba
El amor consumado, destellos del alma, dolor punzante, cielo rojo escarlata
La vista se empaña de ideas pequeñas, espíritus infernales del amor que no pudo ser.
Estas ahí tocando el dulce réquiem del amor fortuito, el zorro escucha, padece
Cual alma tormentosa que un amor fatuo quemo, cenizas danzan en la briza de sangre de las ánimas
- Autor: Xavier_Francisco99 ( Offline)
- Publicado: 3 de diciembre de 2014 a las 00:11
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 53
- Usuarios favoritos de este poema: El Hombre de la Rosa
Comentarios1
Muy genial y hermoso tu poema amigo Xavier_Francisco99...
Un placer estar en tu portal...
Saludos de tu amigo Críspulo
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