Siempre tengo una vela encendida
Para que el Señor ayude a los míos
Y también pido por la gente impedida,
Que no tienen nada y viven afligidos…
Hay tantas penas donde acudir,
Que faltan velas en todo el mundo
Para ayudar, a los que no pueden dormir
Pensando en la comida y su cometido…
Es muy fácil pedir desde estos escritos,
Pero hay tanta pobreza que alimentar,
Que me hieren los sentidos inauditos
La demagogia suplanta, lo espectacular…
Hay que empezar a vivir la verdad
Y ayudar sin esperar nada a cambio,
Dando comida a los niños, con piedad
Y a los padres que lloran, su desahucio…
Tiene que haber un camino, ejemplar
Una senda donde todos podamos caminar,
En una misma dirección, sin suplantar
Y ser dignos de nuestra comida, sin más…
Un mundo donde no haya distinciones
Y caminar todos en las mismas direcciones
Repartiendo el mana, de todas las naciones,
¡Dios mío pido tanto, en mis oraciones!…
Que sería un milagro, ver los telediarios
Sin sangre de guerras sangrientas alucinantes,
Me gustaría que fuésemos todos solidarios
Y repartieran los que tenemos, a los indigentes.
¡Desde mi pulpito y sin demagogias, pido con la luz de esta vela, para todo el mundo que vive, en precariedad!
Modesto Ruíz Martínez / miércoles, 03 de diciembre de 2014
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Autor:
MODESTO EL POETA (Seudónimo) (
Offline) - Publicado: 3 de diciembre de 2014 a las 15:23
- Comentario del autor sobre el poema: No soy teologo, pero les pido a todos los pudientes del mundo entero en este humilde poema, que ayudemos a los necesitados, para que esta Navidad transcurra con el don de la unidad familiar y que nadie pase penumbras y aunque se que esto es muy difícil aquí dejo un granito de arena de las dunas de la fraternidad mundial.
- Categoría: Espiritual
- Lecturas: 96
- Usuarios favoritos de este poema: Maria Hodunok.
Offline)
Comentarios2
Felicitaciones, poeta.
Me adhiero a tus palabras y que esta vela de paz e igualdad, vaya circulando por el mundo.
Cariñitos y bendiciones.
gracias Maria por tu lectura y sabiduría, me siento feliz leyendo tu saludo y opinión, gracias Maria.
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