Dijiste que amor
es una casa grande
con puertas sigilosas,
con lenguas abiertas
de par en par,
dijiste que yo
soy una mujer
de paredes altas,
que el verano me apuñala
y me bendice el otoño;
dijiste que mis manos
tienen los dedos tristes,
que con ellos despedí
demasiados muertos,
que mis palabras no tienen techo
-dijiste-
y que suelo deambular
de poesía en poesía
como quien busca una madre,
una perla
o un nombre donde guarecerse
cuando las penas suenan
y los huesos andan de huelga
y no queda cuerpo, ni nadie
-nada-
que me sostenga un rato el espanto.
Entonces me pediste que no me muera
y dijiste que amor es una casa grande.
Comentarios4
Bellisimooooooooooooooo!!!!!!
Me encanto, saludos Mirinda
Una delicia leerte amiga María
besos
bambam
Amo encontrarme con tu poesía y perderme en los laberintos que vas trazando hasta lo profundo del alma.
Un abrazo María, un placer
Cada vez que leo tus versos entro al mundo extraordinario de la poesía.
Gracias Poetisa.
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.