Que perra tan indomable soy
no existe sabueso
que atrape mi correr,
este ir y venir del submundo
al reino.
Un día como aquí, otro día
amanezco comiendo allá.
Amanezco comiendo en mesa
propia
ajena
prestada
alquilada
robada.
¡Qué importa, si al final como igual!
Un alma perra, o una perra alma
se alimenta solitaria.
No es víctima.
No llora.
No busca camadas
porque las heridas como perra
se las lame SOLA.
Si me desnudaras por completo,
me arrojaras al sofá, a la cama,
al escritorio, al suelo,
en forma violenta y placentera
eso no sería nada
comparado con lo que yo te haría
con la ropa puesta.
Esta manía de ser
DEMONIA
con mirada angelical
de ser malvada con ellos
y enamorarlos
para luego huir.
Esta manía
de vagar de una lágrima
a otra
de dormir por una noche
junto a un desconocido
caminar sobre su espalda
su pecho
lamer su piel
SÓLO
para oírlo gemir.
Esta manía de ser
NIEBLA
de arrastrarme y
salir a las calles
en busca de carne fresca.
- Autor: Profeta de Bares (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 23 de diciembre de 2014 a las 13:16
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 109
- Usuarios favoritos de este poema: El Hombre de la Rosa, Humberto Peralta, José Adolfo Fernando
Comentarios1
Mucha filosofia personal en tus bellas letras amiga
Saludos navideños de Críspulo
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.