El ùltimo verano

Darío Ernesto

 

 

 

Añejos suspiros

relegadas fuerzas

tiene mi alma.

Solo Impera el póstumo desaliento

Ha vencido la fértil hormiga, incansable, incombatible

agobiando, de impotencia la serena mañana

entre el sonido que hace el chorrillo de agua fresca.

Encadenar mis  manos, llevándose al bello árbol, hoja por hoja

Aun ella no es tan mortal  y asesina,

Pues el hombre, traerá el hacha, degollando raíces

Aun así, no he superado a mi padre

Pues solo la muerte,

¡Oh si la maldita, y anatema, execrable!

Ella solo  se llevó sus  suspiros en las madrugadas.

Sigo esa huella, trazada

como la enemiga

Quemando la verde hierva

¡Oh bonito duraznero, llevarte en vida en el último verano!

Penas tengo en el alma,

Más allá de todo el mundo, que gira loco

Tú, has sido mi paraíso, cuando en mis manos

Tus frutos   contenían, la fragancia exquisita.

En mis juicios,

Yo puedo ser, quien cercene tus raíces,

Tiembla el pecho, mi pecho, lleno de poesías,

En ti me enterneci, viviendo en ti  en cada florecer

Así inclinare mi cabeza sin consuelo

Extrañando tu hermosa sombra infinita

Pues bajo el  fresco reparo, mis años corrieron velozmente

Y no tuve   en cuenta  los inviernos,  todas las luchas

Tus batallas  contra los invencibles vientos.

Y un día,  vendrán los niños, guardando silencio en tu memoria

Buscando tu sombra, en sus nostalgias.

Divino ser, mas la muerte no ha de borrar

Tus memorias, en cada primavera

Tus rosadas flores, tempranas, tiernas para mis ojos

Deliciosas para la abeja.

¡Oh la muerte, asecha!

¡Ronda en las noches de luna!

Buscando huéspedes para su hoguera tendida

Llevándose todo a su paso,

Llevara un día, las manos labriegas

Las madres que parieron

Los hermanos que amé, locamente, neciamente, frívolamente

en silencio, como tú,

 frutal  precioso.

¡Oh enemiga muerte, te llevarás, en un instante de vida!

Las manos añejas  artesanas, de los poetas.

Al aire, en vuelo

en nuevas flores,

anónimos huertos,

ajenos frutos millones de niños, sobre la corteza

De la madre tierra milenaria.

Eternizando la vida, sobre la muerte.

 

Dario Ernesto Muñoz Sosa

 

Diciembre 31 de 2014.San Luis, Argentina

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Comentarios +

Comentarios2

  • El Hombre de la Rosa

    Muy hermoso tu genial poema amigo Dario
    Feliz salida del año 2014 y buena entrada del año 2015...
    Saludos de amistad de Críspulo...
    El Hombre de la Rosa

  • bambam

    Un gozo leer tus letras amigo Darío
    FELIZ AÑO 2015
    bambam



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