´El hombre nace bueno
y la sociedad lo corrompe´
Juan Jacobo Rousseau
El hombre honrado nació cristalino:
Sin historia y sin porvenir.
Se hizo seráfico en el barro.
Exprimió la basura para saciar el hambre.
Aprendió a flotar en el naufragio de la ignorancia.
Con el correr de los años endureció su conciencia
Y, entonces, comprendió su pobreza:
Vio en el dinero y sus dueños
Los motivos de su agonía
Y la posibilidad de su salvación.
Para colmar los eternos vacíos de su miseria,
optó por los delirios del oro
y emprendió cruzadas sangrientas para conseguirlo.
Entonces se transformó:
Se asoció para llenarse de fuerza y seguridad;
Se armó para garantizar la victoria sobre el oro de los otros;
Creó un oficio para disfrazar su lento deterioró
Y asegurar el fluir del dinero como el agua del arroyo.
Desplegó sus tentáculos para abarcar territorios,
Ensanchar sus dominios y agrandar su capital.
Se convirtió en asesino para eludir obstáculos,
Conjurar la memoria colectiva y comer sin compartir el pan.
Sonrió a los buitres en las alturas
Para granjearse poder y respeto,
Y concederse licencia para matar y brillar sin culpas.
Para evitar la persecución de sus detractores,
Les extendió su mano asesina y los llamo colegas.
Dejo de ser hombre honrado.
- Autor: Adolfo Cano (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 7 de enero de 2015 a las 13:39
- Categoría: Sociopolítico
- Lecturas: 528
- Usuarios favoritos de este poema: Peregrina, El Hombre de la Rosa
Comentarios2
Ay,...la condición humana...
Muy realista su poesía...
Saludos amistosos de
Peregrina
Muy hermoso tu poema amigo Adolfo...
Un placer haber pasado por tu portal...
Saludos de amistad de Críspulo...
El Hombre de la Rosa...
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