El niño llora, Carmen.
El niño llora.
Le asustan los truenos
y el temblor de la tierra.
Levántalo. Arrúllalo
en tu seno. Miéntele.
Dile que todo estará bien,
que la tierra mañana no tiembla.
Dile que el grito de los hombres
mañana se apaga.
El suelo está rojizo, madre.
El suelo está rojizo.
En el cielo veo humo.
Humo y polvo, madre.
Humo y polvo.
Este mundo se convulsiona.
Está en el paredón
con las manos alzadas.
Este mundo pierde la vida, madre.
y ¿qué se queda?.
Se queda un delirio,
la angustia anudada
en la laringe,
el tejido febril de los árboles
y en mi tierra olor a sangre.
- Autor: Aarón Kráuss (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 16 de enero de 2015 a las 12:13
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 91
- Usuarios favoritos de este poema: El Hombre de la Rosa
Comentarios1
Muy hermoso tu versar amigo Aarón
Un placer pasar por tu portal...
Saludos de amistad de Críspulo...
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.