Dos luces,
dos sombras
nacen ciegas.
Un océano
de sueños.
Dos ojos,
mirándose sin querer,
una voz
que se quiebra.
Cielo, luz y sombra;
el final da a la obra
el oscuro remate
del pudoroso cincel.
Danzarina,
piel en el agua
piel que se entrega
agua cristalina que recorre
otro mundo lleno de desdén,
que me encontró desarmado,
en un rosal de lágrimas secas
una boca sanó mis manos
y una boca hizo mis heridas.
Final, y un día
lloró su poderío.
- Autor: Zarik Yudek (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 17 de enero de 2015 a las 17:12
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 33
- Usuarios favoritos de este poema: El Hombre de la Rosa
Comentarios1
Una maravilla tu genial poema amigo Zarik Yudek
Un placer leer tus versos
Saludos de amistad y afecto
El Hombre de la Rosa
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