Quiero poner al fugaz instante, cadenas
Grilletes en las emociones,
romper el tiempo cruel
El avance de las horas,
Estos simples versos, lanzarlos a la eternidad.
Pensar en rebeldía.
Que actualmente ¡Muerte no existes en mi!
Ser desobediente a las fuerzas contrarias
Del bien, del mal.
Ganarme el cielo, ganarme en espacio fecundo de mi tierra
No sentirme en privilegios
Morir como mueren todas las almas,
En paz, con la vista puesta en ti,
bello brote que en mis espaldas, germino divino
cierta mañana,
Saliste tú, de mis suspiros, de la matriz amorosa
Que concibió tu luz
¡Oh Arcángel de vida, hijo mío!
Tesoro infinito
aun después, de la encorvada ancianidad y castigo.
Pues saber de ti, de tus ansias de volar
Que eres vida de mi vida
Sangre turbulenta de mi sangre
En ti, hijo del alma, en tus ojos, en tus labios
Encomiendo mi espíritu,
Contar a los hijos de los hijos
Leer en declamada nostalgia
Los versos más sinceros de la vida.
Encofrar con amalgamas coralinas mis huesos
trisados, quebrados, mutilados.
Calcio que fue adolescente
por palabras hirientes sin consuelo.
Más prefiero el sueño profundo,
deseo la vida, en tus manos,
En los largos dedos de un pianista enamorado
¡Oh tristes melodías, que estoy componiendo!
Perdona si fastidio con estas endechas
Al igual que el tiempo varia, en las estaciones frías y calurosas,
El sol radiante y las nubes plomizas,
Así, el hombre, cobarde dentro de mí,
Tiene sus días, días de risa, noches de llanto
Momentos de abrazar la vida
Instantes de dejar caer los brazos.
Una vez creí siendo tierno e iluso
Llevarme el mundo por la fuerza,
Nadar en contra de todas las corrientes.
Y camine por los mundos, por calles en la noche
Vi rostros ajenos, a mi niñez
Amigos distantes y hermanos inventados
Ame, goce, mirando el mar y horizonte
Mas cuando llegaste tu mi niño, fuiste ese firmamento,
Que gozo sentir en el pecho
cercenar las noches vacías,
las horas,
las tristezas.
Mas mi padre nunca pudo llevarme de la mano a conocer, al mar
Ni escribir un poema simple para mí
Ni abrazarme riendo y llorando juntos.
Decir que todo pasa tan de prisa
Que la vida y la muerte son aliadas
Allí imaginé, mar arena y la espuma que las separa.
Entre la noche y el día existe un horizonte.
Que el aire y el agua aun son vitales hasta este día
no existen la felicidad completa eternamente.
Entre rico y pobre no existen en el día final diferencias
Solo se vive un momento,
se ama, se ríe,
se sufren ausencias
Todo, hasta lo imposible, en este vasto universo.
San Luis Argentina
Enero 18 de 2015
- Autor: Darioernestomuñozsosa (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 18 de enero de 2015 a las 22:15
- Categoría: Carta
- Lecturas: 132
- Usuarios favoritos de este poema: Alexandra L, nellycastell, El Hombre de la Rosa, kavanarudén
Comentarios5
Muy emotivo Dario lleno de reflexiones que brotan del alma con puro sentimiento, un gusto leerte.
Un cordial saludo, Alex.
El gusto es compartir de las vivencias, que pases por este el espacio de poesias, poemas,reflexiones, un abrazo Alexandra.
Gracias amiga
Mi querido Ernesto esta preciosa elegía al hijo amado es una belleza, la cual me gustó mucho. Te abrazo amigo querido.
IGUALMENTE ,TE ABRAZO EN UNA AMISTAD DE POETAS, GRACIAS.
NELLYCASTELL GRACIAS
Magnífica reflexión De hijo a padre
bambam
cOMO DIRIA UN EXIMIO CANTANTE A MIS AMGOS LES ADEUDO LA TERNURA, UN ABRAZO BAMBAM, GRACIAS MI AMIGO DEL ALMA
Muy hermosa y emotiva tu preciada carta amigo Dario
Una placer leer tus bellas letras
Saludos de amistad y afecto
El Hombre de la Rosa
Fuerte y sentido sentimiento amigo en tu poema de hoy expresado a ese ser especial, ese dono de Dios que es tu hijo.
Realmente hermoso.
Te mando un fuerte abrazo.
Bendiciones
Kavi
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