El árbol con hojas de poesía (Cuento infantil)

Diaz Valero Alejandro José

 

Gabriela era una niña de nueve años que vio en la poesía la única forma posible de vivir en el mundo que ella soñaba. Hizo de sus versos un inmenso árbol donde pudo trepar y sentarse en sus hojas, las cuales fue poco a poco convirtiendo en poemas y los echó a volar por el mundo desde aquel bosque de sueños.

 

Allí en ese árbol con hojas de poesía contemplaba la luna y contaba las estrellas, rasgando el cielo y aclarando las noches.

 

Cada poema de Gabriela era una hoja que colgaba del árbol, cada hoja del árbol era una oportunidad para regalar alegría al mundo y cada alegría que se regalaba al mundo era un pedazo de alma hecho canción.

 

Fueron tantos los poemas que escribió Gabriela que poco a poco las hojas de aquel árbol de poemas se fueron convirtiendo en libros. Unos libros hermosos que estaban abiertos día y noche, listos para ser leídos por todos aquéllos que quisieran disfrutar de su poesía.

 

Una libélula llegó al árbol y leyó:

 

Tus alas de cristal

son como agua clara,

son agua de manantial

como tu alma.

 

Y la libélula se alegró mucho y se fue volando.

 

 

Una mariposa llegó también al árbol y leyó:

 

Ternura en tus alas,

ternura en tu vuelo,

el amor que regalas

es grande como el cielo.

 

Y la mariposa sonrió y siguió regalando ternura.

 

 

Una pequeña ave también llegó al árbol de poemas y leyó:

 

Agita tus alas

y aleja quebrantos,

que las horas malas

se van con tu canto.

 

Y el ave, voló con más alegría y entonó nuevos cantos.

 

 

En una noche sin luna un murciélago también llegó al árbol donde estaban los poemas de Gabriela y no pudo leer nada porque los murciélagos no pueden leer pues son ciegos; pero un búho que estaba cerca del árbol, voló hasta allá y acompañando a su amigo murciélago le leyó una estrofa del árbol:

 

Amigos siempre seremos

todo el mundo nos conoce

somos los reyes eternos

dueños y señores de la noche.

 

 

Y el murciélago sonrió y abrazando al búho disfrutaron la quietud de aquella noche oscura.

 

 

Otra noche de luna una oruga trasnochada que estaba en el árbol de poemas, leyó también un poema de Gabriela:

 

 

Es una bendición

tu cobija de seda

cuídala con amor

mientras vuelas.

Vive serena

llena de alegría

que al llegar el día

de forma curiosa,

serás mariposa

y me harás compañía.

 

Y la oruga sonreía y seguía leyendo más poesías.

 

 

Con el pasar del tiempo nadie supo adónde se fue Gabriela ni siquiera donde están sus poemas, dicen que los vieron volando por el mundo regalando nuevas letras, distintas a las que dejó en el árbol de poemas, mientras allá en aquel pequeño bosque, el árbol seguía esperando junto a sus amigos que algún día Gabriela regresase a seguir alimentándolos con sus bellas inspiraciones.

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Autor: Alejandro J. Díaz Valero

Maracaibo, Venezuela.

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Comentarios +

Comentarios5

  • rosamaritza

    Alejandro querido, es un cuento hermoso, lleno de amor y bellos deseos escritos por un alma inocente que transmite al mundo mucho amor, abrazos y besos tqm.



    rosamary

    • Diaz Valero Alejandro José

      Gracias amiga Mari por partida doble, por tu lectura y por tus bellos conceptos. Dios te bendiga, tambien tqm.

    • Violeta

      ES TU DON ALEJANDRO . QUE BELLEZA SE LA MOSTRARE A DAREDJANID AL MEDIO DIA CUANDO REGRESE DEL COLEGIO A ELLA LE GUSTA LEERTE .... BESITOS

      • Diaz Valero Alejandro José

        Graaaaaaaaacias, saludos a mi amiguita.

        • Violeta

          soy alguien que te admira mucho me gusto tu historia convertida en poema todo rima muy bonito me encanto Daredjanid.

          • Diaz Valero Alejandro José

            Saludos!

          • El Hombre de la Rosa

            Una tierna y hermosa historia infantil amigo Diaz Valero...
            Un placer leer tus hermosas letras...
            Un abrazo de amistad y afecto...
            El Hombre de la Rosa...

          • LUIS.RO

            Que sensibilidad, sentirse niño por un momento,
            Diría lo mejor que he leído hoy.

          • Beatriz Blanca

            Es un cuento sencillamente hermoso, lleno de luz y buenos sentimientos. Tu sensibilidad es la esencia de la vida.
            Un abrazo de tu amiga que te aprecia Bea.



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