Naufragio.
De aquel naufragio,
Me quedé, en la isla prisionera.
Dando vueltas, en mi jaula,
Tropezando mis alas,
Entre las tinieblas,
Como barrotes, prisioneros de mi alma,
Como carcelero, con su guadaña,
Clavados sus ojos, en mi cara,
Mi cara, perdida, seguramente mirando hacia la nada.
Mi carcelero, me prestó sus llaves,
Pero, ni cerradura, tenía mi jaula.
Bastó una voz,
Para recordar, la miseria,
De ser, prisionera en casa,
El cuerpo atrincherado, en el miedo de la escarcha.
Andando, presiento la muerte
Le pondré nombre,
Para presentarme decentemente
Y desterrarme, de esta mi jaula.
- Autor: Araceli Vellber ( Offline)
- Publicado: 21 de enero de 2015 a las 08:17
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 43
- Usuarios favoritos de este poema: kavanarudén
Comentarios1
Hermoso y sentido.
Profundo y existencial.
Esa jaula que no está fuera, sino dentro de nosotros mismos. Encierro fatal.
Me encantó leerte.
Un fuerte abrazo.
Kavi
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