Y cuando la luna sea testigo,
quizás venga un nuevo amigo.
Cuando el alma llore,
quizás sea él el que te consuele.
Y cuando el día este nublado,
quizás nuestro amor será hallado.
Cuando el sonido del mar,
te envuelva a llorar.
Cuando eches de menos el ayer,
no vuelvas nunca más a caer.
Quizás mi peor castigo fue amar,
y el tuyo saber odiar.
- Autor: Alma de piedra. (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 26 de enero de 2015 a las 19:47
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 122
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