La carne se pudre bajo las
uñas, y el cabello se vuelve plata
esperando el fin y crece, crece
sin querer y sin parar,
crece como la muerte en
este mundo de soledad.
Los huesos se corroen y deshacen
entre las guadañas del destino,
las cuencas aparecen por ojos que
no quieren volver a ver las lunas
de neón
Y la carne se sigue pudriendo
bajo los techos de escuelas, casas,
y hospitales, se caen los dedos cansados de escribir en
soledad, en obscuridad
marginal, se caen para
no volver.
Las leguas se hinchan y
obscurecen, ya no gritan más,
ya no hablaran más, y los
quejidos preferidos mortalmente
solo los enfermos...solo los enfermos
los escucharan, pues es un
llamado hermano y de pertenencia,
un canto que los unirá.
Y al final las uñas caerán,
el pelo plata será eterno como el
tiempo en cual yaces en la tierra.
Eterno como nuestro dolor. Eternamente.
- Autor: La Barroca (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 27 de enero de 2015 a las 23:25
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 81
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