“Sobre la poesía y la mujer paraguaya” (Espejo 145) y “A falta de mujeres” (Espejo 146)

Raúl Daniel


AVISO DE AUSENCIA DE Raúl Daniel
Estimados amigos de Poema del Alma: Debido a vicisitudes muy extensas de relatar me vi alejado de la página, hoy intento regresar, paulatinamente iré subiendo algunos poemas que ya publiqué, por lo que les pido paciencia, pues es por ahora todo lo que puedo hacer, gracias por vuestra comprensión.

San Lorenzo, 10 de octubre de 2009

 

Estimado Roy,

Sobre la poesía y la mujer paraguaya: 

              Hace un tiempo, una muy querida amiga mía, me llamó la atención sobre un hecho que tuve que reconocer. Hablando de poesía y de hombres y mujeres me dijo: “Tal vez el noventa por ciento de la poesía está escrita por hombres, y de todos éstos, el noventa por ciento le canta a la mala mujer, a la que los traicionó... El mundo está lleno de mujeres buenas y fieles... ¿Será que ningún poeta se acordará de ellas?”

              No quiero continuar aquí con la polémica de nadie, como tampoco comenzar ninguna nueva.

              De todas maneras debo reconocer que el mundo y la historia están plagados de injusticias, y, como suele decirse, no hay nada nuevo bajo el sol.

              Aún hoy día sigue existiendo la Inquisición (Santo Oficio) que en el “Nombre de Dios” torturó y asesinó tanta gente (sobre todo mujeres), sólo que le han cambiado el nombre.

              Cuentan que en esos oscuros tiempos, las parteras ofrecían una dura competencia a los médicos, que no encontraban mejor manera de deshacerse de  ellas, que acusarlas de brujas ante el Santo Oficio (y terminaban quemadas vivas, falsos testigos de por medio).

              Si bien los países orientales han sobresalido en la esclavitud y explotación de la mujer, nosotros, los llamados “cristianos” no hemos conseguido ninguna aureola en este asunto.

              En lo que a mí respecta me rodearon mujeres desde mi mismo nacimiento: Mi madre, muy joven (16), una única hermana, mayoría de tías maternas (cinco a uno), una tía-madrina paterna sobre-protectora, una esposa-compañera-de-trabajo, dos hijas mujeres (recién después de ellas vinieron los varones). Todo esto explica que en la actualidad me sea mucho más fácil mi relacionamiento con el sexo opuesto.

              Debo confesarlo (y éste es un buen medio para hacerlo), entiendo mucho mejor a las mujeres que a mis congéneres.

              Entonces tengo muchas más amigas que amigos.

              Y no solo las entiendo y tienen mi empatía.

              He decidido hacer algo por ellas.

              Y lo que pienso hacer en principio es escribir todos esos poemas que ellas no pudieron (bueno, los más que pueda).

              En realidad ya comencé en esta tarea en anteriores libros, pero lo que hacía no era con el actual propósito. Así que supe escribir algunos poemas por encargo  de  mujeres  de  mi  entorno  (para  sus  novios, maridos, etc.), también hice lo mismo en los libros que conforman “La Enciclopedia del Amor”.

              Pero en el presente trabajo el propósito es diferente, y lo que hago no es sólo por las mujeres. También lo hago por la poesía. El arte se ha privado de excelentes talentos que fenecieron entre pañales y sartenes.

              En los permanentes intentos por vender mis poemas, que realizo en varias ciudades del país, me cruzo casi a diario con poetisas, tal vez en mayor número que con poetas varones.

              Casi todas escriben hasta que se ponen de novias.  Casadas ya, las más ni siquiera conservan sus escritos, (¿celos del marido?)

              Pero la razón más poderosa es la falta de tiempo.

              La esclavitud no deja lugar para los sueños.

              Claro que no todas las culturas son iguales y, en la actualidad y en muchos países desarrollados, la mujer logra su emancipación si la desea y lucha por ella. También están las otras, las que logran “domar” al varón y de manera sutil son ellas las que manejan el látigo… pero esa es otra historia.

              Aquí te quiero hablar de esta cultura, la paraguaya, que debemos compartir, pero como tú hace tan poco que has venido a este país, no entiendes tanto. Así que te voy a explicar algo de esto:

            La raíz de todo está en el hecho de que durante la guerra que se llamó de la Triple Alianza (1865-1870) de  resultados  devastadores para el Paraguay, la población del país fue reducida a menos de su tercera parte, la economía quedó en ruinas y la actividad agrícola se paralizó; además, el territorio perdido superaba los 142.000 kilómetros cuadrados, también el país estuvo ocupado por tropas brasileñas hasta 1876. Pero el más terrible de los desastres era que solamente la mitad de los cuatro mil hombres paraguayos que sobrevivieron a la masacre, conocido también como “Genocidio Americano”, estaban en condiciones de reproducirse. Las mujeres que quedaron en un número superior a las 200.000 se negaban a tener relaciones con los asesinos de sus hermanos, padres, maridos, hijos. Y muchas de ellas huían por los montes para escapar de los brasileros que querían transformarlas en sus esclavas sexuales. También había otra razón, a las que estaban embarazadas de paraguayos las lanceaban en el vientre diciendo: -“¡Al paraguayo hay que matarlo en el vientre de su madre!” A estas heroicas mujeres se las conoce como “Las Residentas”.

            Fue muy lentamente que se recuperó la población en el asolado país y hasta 1.950 todavía la proporción de los sexos era de siete a uno, lo que llevó a decir a un embajador portugués un día, que el Paraguay era “El Paraíso de Mahoma”.

            Y más o menos así eran las cosas, la escasez de hombres hacía que la mujer se encargase de casi todas las tareas, debiendo traer el sustento además de procrear, educar, etc.

            Ante tales circunstancias se generó una cultura totalmente diferente al resto de los países de la región, con un exacerbado machismo, y, las principales machistas eran las mismas mujeres que deificaban al varón, sobreprotegiéndoles como madres y sirviéndoles y adulándoles el resto de la vida, como novias, esposas, concubinas, hijas, nietas, compañeras de trabajo o el papel que les tocare.

             Otra cosa que debes saber es que tuve la intención de hacer de este material un libro en sí, pero debido a que cada poema es también un espejo donde se podrán mirar muchas paraguayas, después de pensarlo bastante, decidí incluirlo aquí, además puede ser aprovechado por las que aún, no siendo paraguayas les venga a bien, te darás cuenta al leerlos cuales son.

 

A falta de mujeres... (Espejo 146)

 

 A falta de mujeres que escriban poemas

(en un mundo machista que las llena de tareas)

levanto mi voz, de rato en rato, en sus defensas.

 

No es que sea afeminado ni bisexual ni raro,

pero percibiendo el hueco, intento llenarlo;

las fuerzas que me empujan ni yo mismo las entiendo,

pero así es mi vida, si quiero algo, ¡no dudo en hacerlo!

 

Las veo golpeadas, heridas, trabajadas,

luchando por un espacio a pesar del miedo;

pero las más fracasan o son atrapadas

en la maternidad desprotegida... o por un casamiento.

 

No niego que les toca ser madres y esposas,

pero muchos confunden amor con tiranía,

y en la barbarie que las ata a las tareas domésticas

las privan del derecho de hacer poesía...

 

Los sueños... los proyectos... y hasta la misma alegría

se van postergando para un lejano día,

día que no llega ni cuando son abuelas,

porque entonces les dicen ¡que ya están viejas!

 

No es que yo sea ni bisexual ni afeminado,

pero es que las mujeres me producen empatía,

en realidad soy de ellas eterno enamorado...

y es por esto que ejecuto sus calladas liras.

 

  • Autor: Raúl Daniel (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 1 de febrero de 2015 a las 19:41
  • Categoría: Carta
  • Lecturas: 205
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Comentarios +

Comentarios1

  • Luis Nunez

    Abuso, es un uso frecuente, costumbre por ende, entonces tradición, que traiciona a la vida buena y la envenena. La Lira, el Laúd, la Guitarra, las Letras cuentan , cuentos (de tiempos de hombres) y no leyendas (de tiempos de mujer). Pero el Tiempo ni la Muerte existen.
    Amigo Raúl Daniel sigue siendo Leyenda en nuestra poesía.

    • Raúl Daniel

      Me dejaste anonadado..
      Gracias por tus comentarios..
      Un gran abrazo mi amigo querido!
      R_D



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