Vengo engullido de propuestas indecentes,
donde mis ojos le otorgan fauces a tu nombre,
donde mi boca le brinda fuegos a tu estambre,
donde tus ojos son arpones para el alma,
donde tu boca es una adelfa por vexilio… Vengo;
recogiéndome rastros tras el paso por tus ánforas de carne.
Tiene rostro de mil dentadas llaves,
la piel de un extraño y alegre oro maderal,
en sus ojos la constancia del viador,
en su boca el universo, y su voz porta el quetzal.
Viene vertiendo fabulas de savia dulce, casi posibles,
yo quedo saboreándole magma ardiente, casi intangible.
Viene a roerme en el misterio de su aurora incorruptible,
tiene adrales adimencionados para un paso imprescindible.
Viene… cual beso alado en un destello de éxtasis inamisible.
- Autor: Martinez Deschamps (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 2 de febrero de 2015 a las 02:24
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 57
- Usuarios favoritos de este poema: María C., El Hombre de la Rosa
Comentarios2
Un profundo sentir se desprende de este gran poema, arpones son los ojos de la amada para el alma atormentada.
Me encantó
saludos
kitty
El placer es todo mio, a saber que te complace la lectura...
Muy hermoso tu filosofico versar el alma de tus sentimientos personales estimado amigo Gustavo...
Un placer haber leido tus lindas letras...
Un abrazo de afecto y amistad...
El Hombre de la Rosa...
Un abrazo muy fraterno; el placer es todo mio amigo Crispulo.
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