Señoras y señores Con su permiso y respeto
Pido silencio y honores Por este huaso de mí pueblo
Yo soy la voz de artos y mi nombre es Longaví
Pueblo de los Hermanos Campos En el corazón de mi país.
Hoy quisiera despedir a este hijo predilecto
Entre brindis, entre payas, entre cuecas y sonetos.
Adiós Don Eleodoro, Adiós noble maestro
Los acordeones en luto se han vestido de silencios.
Mientras las guitarras de Chile, lloran rosarios de versos
por este hombre de la cueca con la visión de un arriero.
que entre cantos y quimeras encendió estrellas en el cielo
junto a su hermano querido con espuelas y sombrero.
Dejó el nombre de Chile, en lo alto, en lo eterno.
Adios Don Eleodoro y me saluda a Don Marcial
Que allá en los campos del cielo les podremos ver brillar
Longavianos de mi tierra, hechos magia, luz y sol
Una cueca picaresca, mil sonrisas de emoción.
Adiós Don Eleodoro, hoy vengo a agitar mi pañuelo
Y voy a sonar mis palmas, con orgullo y con respeto.
Lo busque por tantas lares, Lo encontré lejos de aquí
Con chilenos de otras partes, que cantaban “Longaví”.
Lo busqué en mi plaza de armas, lo encontré en la feria del pueblo
En las afueras de su casa, vi su bastón y sus recuerdos
Adiós don Eleodoro, hijo ilustre de mis rezos
Mil niños cantan coro, sus canciones y sus versos.
- Autor: JUCCONO (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 2 de febrero de 2015 a las 13:41
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 52
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