Van mis pies sobre la arena del tiempo
y oyen mis pasos los lobos plateados,
la soledad me abruma y me consiente.
Saluda mi mano un libro inefable
y lloro otro tanto los cielos sin ti,
me gritan, sin tregua, el silencio y la falla.
No soy siempre, la voz contra el espejo
no puede reconocer la arruga asomada,
y trato a mi edad con náuseas nocturnas.
Allá, las estrellas, que brillan errantes
mi dolor se cubre los ojos y se esconde,
no soy la alegría con alas en los pies.
Pienso el equívoco de verte lo más muerta
como letras que mueren acostadas en los libros,
como efluvio ardiente del ángel caído.
Van mis pies en la inercia perfecta
que escriben el pasado que la virtud borra,
la virtud de ser efímero como un cometa.
Blas Roa
- Autor: Blas Roa (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 3 de febrero de 2015 a las 22:42
- Categoría: Amor
- Lecturas: 45
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